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spanish.china.org.cn | 22. 09. 2015 | Editor: Lety Du [A A A]

Los chinos en las guerras de liberación de Cuba

Palabras clave: chinos, guerras de liberación de Cuba

Por Juan Carlos Moreira Barrio

 

En el periodo comprendido entre 1850 a 1868, Cuba era en ese entonces el mayor productor de azúcar en el mundo y al convertirse la trata de esclavos en un negocio muy perseguido en el mundo el régimen colonial español y los hacendados cubanos y españoles decidieron la contratación de trabajadores chinos en condiciones de servidumbre y de esta forma mecanizar el proceso de refinado de la caña de azúcar y aumentar la producción para aprovechar el creciente consumo de azúcar en Europa y América.

Comenzó así la entrada de trabajadores chinos a la Isla y este proceso se llegó a conocer por todo el mundo como “el tráfico de culíes”. Estos “culíes” fueron utilizados hasta un 75% en actividades de servidumbre. Durante el cuarto de siglo que duró la trata de culíes, unos 16 mil murieron antes de llegar a las costas de Cuba. Entre los que desembarcaron, un 50 por ciento no sobrevivió para completar los 8 años de su “contrato”.

A pesar de la intención de no mezclar a los chinos con los negros, desde un primer momento los chinos se identificaron ante el dolor y la vejación que padecían los negros esclavos y el monte los cobijó por igual a estos grupos, aunque no siempre los chinos tomaron el camino de la insubordinación debido fundamentalmente a su idiosincrasia y cultura.

La fortaleza del chino “contratado” se reflejó claramente en el hecho de que éste pudo sobrevivir a las mismas condiciones de servidumbre que sufrieron los negros traídos de África como esclavos. Ambos padecieron por igual los maltratos de los hacendados españoles y cubanos ricos. Debido a esa situación de explotación a que fueron sometidos los culíes no es de asombrar que desde el primer momento, los chinos se sumaran a las huestes patrióticas del naciente Ejército Libertador. El 10 de Octubre de 1868, al tañer de la campana del ingenio “La Demajagua”, criollos, chinos, y negros se lanzaron a la lucha por la independencia de Cuba convirtiéndose ésta en la causa de los explotados y oprimidos por el régimen colonial español.

En el manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba, redactado por Carlos Manuel de Céspedes, se incluyó un mensaje de libertad e igualdad para todos los cubanos y demás explotados del mundo. Se hacía de este modo profesión de fe: todos los hombres son iguales.

Como respuesta de este mensaje los negros y los chinos dieron un paso al frente y decidieron integrarse a la lucha y a la naciente sociedad libre cubana, al tiempo que se reclutaban adeptos para el Ejército Libertador. Las autoridades coloniales españolas sospecharon que los chinos se irían a los campos a luchar junto a las fuerzas del Ejército Libertador y ordenaron la creación de un registro de todas las cuadrillas que se encontraban en la isla, a pesar de la represión desatada esto no los detuvo a la hora de incorporarse a la lucha de liberación del pueblo cubano.

Los primeros chinos que se unieron al Ejército Libertador fueron los de la zona de Manzanillo, provincia de Oriente, y que habían sido llevados a esa región para la construcción de trochas y caminos. Estos mismos chinos protagonizaron una de las hazañas más audaces del General Antonio Maceo en el año 1873, cuando éste atacó la villa de Manzanillo, localizada en el oriente del país. Esta acción se le llamó en aquel entonces “el ataque de los chinos”. Ellos se infiltraron en la población civil y lograron confundir a los españoles, haciendo muy efectiva y rápida la toma de la guarnición y los fortines que ellos mismos habían construido en la mencionada villa.

En la batalla de Las Guasimas dirigida por el General Máximo Gómez, que duró 4 días y en la cual 3,000 soldados españoles fueron derrotados por 1,300 mambises (nombre que se le dio a las tropas del Ejército Libertador), combatieron junto a los mambises un total de 500 chinos, destacándose el Capitán Juan Sánchez, de nombre Lam Fu King, que había sido soldado en China y tenía por tanto experiencia militar. También en los mambises se alistaba el chino José Bu Tang, que alcanzó los grados de Teniente Coronel y se conocía que era amigo y hombre de confianza del futuro General en Jefe del Ejército Libertador Máximo Gómez. Bu Tang fue práctico y correo personal del General en Jefe del Ejército Libertador Máximo Gómez.

Cuando Cuba obtuvo su independencia de España en 1898, los frutos de esa victoria le fueron arrebatados por los Estados Unidos. La ocupación militar de la Isla por éste país trajo consigo un aumento de la discriminación contra los chinos, prohibiendo la inmigración a Cuba de los mismos. Esta prohibición fue suspendida por 5 años en 1917 durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial.

En 1931 la población china en Cuba había vuelto a crecer floreciendo las artes y la cultura de ese hermano país. La música, el teatro, la ópera cantonesa, las artes marciales, los periódicos en chino y la danza del león formaron parte de la vida de La Habana y en el resto de la Isla.

Los movimientos revolucionarios en Cuba no fueron un fenómeno aislado, sino que surgieron entre las luchas del pueblo coincidiendo con el movimiento revolucionario en China, los cuales combatían contra la ocupación de Manchuria por el imperialismo japonés y la dictadura burguesa del Partido Nacionalista, el Kuomintang, dirigido por Chiang Kai Shek .

El más destacado dirigente cubano chino de las luchas revolucionarias contra la dictadura del Presidente Gerardo Machado, fue José Wong, de nombre Huan Taobai, llegado a Cuba a inicios de los años 20. Junto al líder estudiantil Julio Antonio Mella, José Wong fundó la Liga Antiimperialista de Cuba en 1925 y después se incorporó al nuevo Partido Comunista de Cuba. Fue arrestado por la dictadura machadista en 1930 y asesinado en la cárcel.

Después del golpe militar de Fulgencio Batista en 1952, se inició la tercera oleada de la lucha revolucionaria en Cuba bajo la dirección de Fidel Castro. Surgieron nuevos jóvenes combatientes cubanos chinos como Moisés Sio Wong, Armando Choy y Gustavo Chui, involucrados desde el principio a la lucha de la revolución cubana. Procedían de distintas regiones del país, con personalidades y antecedentes familiares diferentes pero con un objetivo común alzarse en armas para combatir a la dictadura batistiana, obteniendo los tres, grados de General y con un largo historial de responsabilidades a nivel nacional e internacional.

La lucha del pueblo chino en Cuba ha sido diferente a la de otros países, ya que la misma culminó con el triunfo de una Revolución Socialista, dando un ejemplo de valentía a otras generaciones de chinos que viven en distintas partes del mundo.

 

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