El ministro de Justicia Laszlo Trocsanyi también reconoció el enorme número de solicitantes de asilo y, en entrevista con Radio Kossuth, dijo que la ley adoptada el viernes por el Parlamento declaró un estado de excepción en relación con los refugiados.
De acuerdo con la ley, Hungría podrá adoptar legislación acelerada, incluyendo leyes para evitar los cruces ilegales a territorio húngaro.
Los solicitantes de asilo que se nieguen a ser registrados serán expulsados del país. Una vez expulsados, se impedirá el reingreso de estas personas a Hungría durante un período de tiempo definido.