Cuando el horror de las fotos del cadáver del niño sirio de tres años Aylan Kurdi arrastrado por la corriente a una playa de Turquía y la masiva crisis de refugiados en Europa se apodera de millones de personas en todo el mundo, estas deberían entender el hecho de que Estados Unidos es el principal responsable de tanto desorden.

Las principales fuentes de refugiados en la actualidad -Siria, Libia, Irak y Afganistán- han sido blancos de la intervención estadounidense, conducente a la devastación, el caos, el deterioro de la seguridad nacional y los numerosos desplazamientos.

Las personas de esos países ya no disfrutan de derechos humanos básicos, y muchos no han tenido más opción que huir para salvar sus vidas, no solo a los países vecinos sino también a Europa.

Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres, más de 300.000 refugiados y emigrantes se han aventurado a cruzar el mar Mediterráneo para llegar a Europa en lo que va de año, y más de 2.600 no han sobrevivido al peligroso viaje.

Mientras a los países europeos se les acusa de indiferencia e incapacidad para enfrentar la crisis de los refugiados, Estados Unidos, su más estrecho aliado y el principal causante de la crisis, parece no haber aceptado su obligación moral de ayudar a solucionar este desastre y trabajar para enfrentar la verdadera causa del problema.

Siria es la más reciente víctima de la intervención de EEUU en Medio Oriente, después de Irak y Libia. Atrapado en una guerra civil a gran escala durante cuatro años debido a la persistente intervención occidental liderada por Washington, Siria constituyó la mayor fuente de refugiados con destino a Europa en 2013, 2014 y la primera mitad de 2015.

Los milicianos del llamado Estado Islámico (EI), surgido de la oposición en Siria respaldada por EEUU para derrocar al gobierno de ese país, han lanzado numerosos ataques contra civiles sirios, quienes se han convertido en blanco de secuestros, atentados suicidas y con coches bombas, entre otros. Permanecer en su propio país se ha convertido en un peligro para sus vidas.

En otros frentes, aunque EEUU ha retirado sus tropas de algunos países como Irak y Afganistán, todavía debe ser considerado responsable por desestabilizar esos países y dejarlos posteriormente sumidos en un verdadero desorden.

Resulta vergonzoso que EEUU, autodenominado líder mundial, provoque tanto caos, anarquismo y surgimiento de grupos extremistas y terroristas en esos países debido a sus egoístas políticas exteriores.

Ahora, mientras Europa se esfuerza para enfrentar la llegada diaria de miles de refugiados, Estados Unidos debería actuar inmediatamente y hacer más para solucionar la crisis y elaborar medidas a largo plazo para ayudar a los países y regiones afectados por los conflictos a restablecer la calma, la estabilidad y la vida normal lo antes posible.