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spanish.china.org.cn | 02. 09. 2015 | Editor: Lety Du [A A A]

La ayuda que brindaron los amigos extranjeros en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa

Palabras clave: Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa

La Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (citado a partir de ahora como Guerra de Resistencia del Pueblo Chino) fue una Gran Guerra de Liberación Nacional que libró el pueblo chino para salvar a la nación del peligro; fue una guerra justa que combatió a la agresión fascista y al envenenamiento de la humanidad, salvaguardando la paz mundial. En el lapso en el que combatió por la soberanía, por la independencia y por la dignidad del estado, el pueblo chino entorpeció resueltamente, golpeó fuertemente y consumió enormemente al imperialismo japonés, contribuyendo sustancialmente a la guerra mundial contra el fascismo.

Fue una guerra a muerte de condiciones desiguales, fue una batalla de la justicia y de la desesperación diabólica, fue una guerra por China y al mismo tiempo una guerra por la Guerra Mundial. Bajo condiciones de pobreza y debilidad prolongada, y con la feroz batalla de un poderoso y brutal enemigo, ganó el elogio general y la simpatía de la sociedad internacional. En la inigualable gran guerra que el pueblo de China desplegó contra el fascismo, surgió un gran número de amigos extranjeros que ayudó en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino.

 

 

La ayuda que ofrecieron los amigos extranjeros en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa

Hay tres aspectos importantes de las actividades de apoyo de los amigos extranjeros en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino.

En primer lugar, la ayuda por distintos canales con la que se impulsó y patrocinó a la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa. Por ejemplo, Georgi Dimitrov, secretario general de la Internacional Comunista, quien desde el “Incidente del 18 de Septiembre” se pronunció ininterrumpidamente, haciendo un llamamiento a los proletarios del mundo, a los partidos políticos y a las agrupaciones sociales a emplear todo tipo de formas para ayudar en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino, o los partidos comunistas de muchos países, quienes también desplegaron actividades similares. O también otros como James Klugmann, representante de la Unión Mundial de Estudiantes para Salvaguardar la Paz, la Libertad y la Cultura (citado a partir de ahora como Unión Mundial de Estudiantes), quien tras una visita de inspección en 1938 durante la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino, impulsó la organización de un grupo de difusión de la Unión Mundial de Estudiantes que visitó importantes universidades de Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia, Bélgica y Holanda, difundiendo la vida de las juventudes chinas y la lucha contra la agresión japonesa. La Alianza de Estados Unidos contra la Guerra y contra el Fascismo, la Unión de Trabajadores de Estados Unidos, “la Asociación de Estados Unidos para No Participar en la Invasión Japonesa”, entre otros, ejercieron una vigorosa fuerza en el gobierno de Estados Unidos y en el Congreso para emprender medidas favorables en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino, por ejemplo, el Embargo para Transportar Municiones a Japón. La Sociedad Inglesa para la Protección de los Derechos Civiles convocó al establecimiento de la “Sociedad de Ayuda a China”, con la que se desplegaron acciones para apoyar a China y para boicotear los productos japoneses; “la Sociedad Médica Internacional de Ayuda a China” de Inglaterra organizó el Equipo Médico de la Cruz Roja Internacional. La diplomacia pública de Francia estableció diferentes organizaciones de ayuda a China, entre ellas las sociedades de amistad con el pueblo chino, el Comité Francés de Ayuda a China, e impulsó a cientos de congresistas a establecer en el senado de Francia un Grupo de Ayuda a China. La Unión General de Transporte Internacional y sus filiales en otros países impulsaron acciones para boicotear los productos japoneses y rehusar transportar material bélico a Japón; personalidades célebres, entre ellos John Dewey y Albert Einstein, Romain Rolland, Bertrand Russell y Mahatma Gandhi firmaron conjuntamente artículos condenando la invasión japonesa a China, y haciendo llamamientos a terminar acuerdos de cooperación económica con Japón, entre otras cosas.

En segundo lugar, los representantes del gobierno quienes hicieron o pusieron en marcha políticas para ayudar a la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino. Por ejemplo, tras el incidente del “7 de julio”, el dirigente soviético, Joseph Stalin, firmó con China un Tratado de no Agresión, ofreció a China los urgentemente necesitadas equipos y asesores militares, al igual que escuadrones aéreos de salvación popular para ayudar a China; antes de que estallara la Guerra del Pacífico, el presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt y el primer ministro de Inglaterra, Winston Churchill, desplegaron políticas que favorecían o ayudaban a la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino. Hubo también funcionarios que pusieron en funcionamiento políticas para ayudar a la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino, entre ellos los embajadores de Estados Unidos acreditados en China, Nelson T. Johnson y Clarence Gauss, el general del Ejército de los Estados Unidos asignado a la Zona de Guerra de China-Burma-India (CBI por sus siglas en inglés), Joseph Stilwell, y el equipo de observadores militares de Estados Unidos acreditados en Yan’an; el embajador de la URSS en China, Alexander Panyushkin, y los jefes del grupo de asesores militares de la URSS, Georgy Zhukov y Vasily Ivanovich Chuikov; los embajadores de Inglaterra acreditados en China, Sir Archibald Clark Kerr y Sir Horace James Seymour, y los jefes del grupo de asesores militares, entre otros. Según datos oficiales publicados por Chongqing, en 1939 había acreditados en Chongqing mil 129 extranjeros, de los cuales el mayor número era el de los ingleses con 329 personas, seguido por los estadounidenses con 168 y los soviéticos con 163, pertenecientes a campos como el político, el económico, el cultural, el militar, el diplomático, el comercial, el médico y el educativo, entre los que se destacaban los funcionarios diplomáticos y los militares.

En tercer lugar, los que se incorporaron y ayudaron al pueblo chino participando en la guerra contra la agresión. Un gran número de periodistas, entre ellos, Edgar Snow, Anna Louise Strong, Agnes Smedley, Nym Wales, James Bertram, Hans Shippe, Theodore Harold White y Harold John Timperley, junto con el general de la Marina de Estados Unidos, Evans Fordyce Carlson y el grupo de observadores del ejército de Estados Unidos, reportaron desde la primera línea de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino, informando al mundo y a los gobiernos relevantes las atrocidades del imperialismo japonés y la verdad de la heroica lucha a muerte del pueblo chino. Los del equipo médico Canadiense-Estadounidense, entre ellos Henry Norman Bethune, el doctor Charles H. Parsons y la enfermera Jean Ewen, los del equipo médico indio de ayuda a China, entre ellos, Madan Mohanlal Ata, Bejoy Kumar Basu, Dwarkanath Shantaram Kotnis, Debesh Mukerjee, y los provenientes de Polonia, Checoslovaquia, Alemania, Austria, Rumania, Hungría, Bulgaria y la URSS, un total de 21 médicos de 8 países que conformaron el Equipo Médico Internacional de Ayuda a China, junto con el médico de origen estadounidense Shafick George Hatem, los doctores canadienses Richard Brown, Robert McClure, Tillson Lever Harrison, la neozelandesa Kathleen Hall, el alemán Hans Müller, los austriacos Richard Frey y Jakob Rosenfeld y el coreano Bang U Yong, entre otros, a los que se suman aquellos en el frente que diagnosticaban y trataban a los enfermos y heridos, los que capacitaban al personal médico o que enseñaban medicina, y los que participaban en los preparativos para el establecimiento de instituciones médicas. El médico francés Jean Jerome Augustin Bussiere se arriesgó a ser atrapado por el ejército japonés, y logró en repetidas ocasiones enviar preciados medicamentos a las guerrillas chinas que combatían a las fuerzas japonesas. Otros amigos extranjeros también participaron activamente en la construcción de proyectos de China, entre ellos Rewi Alley, George Aylwin Hogg, Nancy Lapwood e Ida Pruitt, que impulsaron la puesta en marcha de los trabajos para las “cooperativas industriales” y quienes desplegaron las acciones para la salvación nacional; Joseph Needham, Michael Lindsay, William Band y Claire May Edward, que participaron en los trabajos de intercambio y educación científica y tecnológica de China; Cheong Buk’un, Joris Ivens y P. Л.Kapmen, que participaron en la construcción cultural de la Guerra de Resistencia; la Srita. Clarke, el profesor Norman France e Israel Epstein, de la Alianza China de los Amigos Extranjeros; Sanzo Nozaka, Wataru Kaji, Koko Ikeda, Eiko Midorigawa, Hotzumi Ozaki, Tsutomo Nakanisi y la “Alianza de Japoneses en China contra la Guerra, quienes se unieron a la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino; y el ejército de los voluntarios coreanos que combatieron por detrás de las líneas enemigas en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino. Algunos amigos extranjeros ofrecieron además asistencia a refugiados chinos en tiempos de crisis, por ejemplo, la Cruz Roja de China, unida a la Cruz Roja Internacional, estableció la Asociación Internacional para Brindar Alivio en Shanghai, mientras que el católico francés Robert Jacquinot de Besange estableció ahí una “Zona de Refugiados” que brindó ayuda a un gran número de personas. El Comité de Nanjing de la Cruz Roja Internacional y el Comité Internacional de la Zona de Seguridad de Nanjing, encabezados por John Heinrich Detlev Rabe y John Gillespie Magee, salvaron miles de vidas chinas mientras el ejército japonés gestaba la despiadada masacre de Nanjing. El miembro del Equipo Médico de Estados Unidos, Allen•R•Boynton, salvó a miles de refugiados en Wuhan. Hubo también llamamientos del jefe del Congreso Nacional Indio, Nehru, en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino. Entre estos amigos, hubo algunas que contribuyeron con sus valiosas vidas en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino, entre ellos Bethune, Dwarkanath, Müller, Kulishenko y Rakhmanov, jefes del equipo de la Fuerza Aérea de Voluntarios Soviéticos, además de los Tigres Voladores, del Ejército de Estados Unidos.

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