La estación de ferrocarril Keleti de Budapest permaneció cerrada más de una hora, mientras los refugiados, que esperaban poder subir a un tren que los llevara a los países más ricos de Europa, gritaban “Alemania, Alemania”.
La estación había sido cerrada después de que centenares de refugiados trataran de subir a los trenes rumbo a Austria y a Alemania. Ahora la estación está de nuevo abierta, pero los policías no permiten el acceso a los refugiados, que permanecen delante del edificio pidiendo que los dejen partir hacia Alemania.
Muchos refugiados llevaban días acampando en la estación y protestando para que les permitan continuar viaje. Hungría, que pertenece a la zona Schengen de libre tránsito comunitario, asegura que en lo que va de año han llegado más de 150.000 inmigrantes a su territorio.
El país centroeuropeo terminó el pasado fin de semana la construcción de una valla alambrada de metro y medio de altura y de 175 kilómetros de longitud en su frontera con Serbia, mientras que continúa con otra más sólida y de 4 metros de altura, cuyas obras se espera terminar en noviembre.
Unos 1.000 inmigrantes y solicitantes de asilo permanecen en la estación.