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spanish.china.org.cn | 07. 08. 2015 | Editor: Juan Ma | [A A A] |
El reconocido compositor de Hollywood Klaus Badelt está buscando internacionalizar la música tibetana al combinar la melodía folclórica original con sinfonía.
Badelt ha estado trabajando en el musical "Sueño", que mezcla música original de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, suroeste de China, y del distrito de Baingoin de la prefectura de Nagqu.
"Es una oportunidad extraordinaria para que un artista explore la rica historia del Tíbet", declaró Badelt.
Mejor conocido por sus bandas sonoras en las películas "Piratas del Caribe" y "Pearl Harbor", y como único compositor occidental en la ceremonia de clausura de las Olimpiadas de Beijing, Badelt se sintió atraído por la música exótica del Tíbet cuando la escuchó por primera vez.
Durante su primera visita de investigación al Tíbet, un músico de 83 años de edad que había vivido y trabajado en la región durante más de 46 años compartió con él toda su colección de música del Tíbet.
"Quedamos sorprendidos cuando la escuchamos, podíamos sentir el poder aunque no entendiéramos la letra", dijo Yang Gefang, director musical de "Sueño", quien tuvo la oportunidad de hacer el mismo viaje.
"Siento cómo toda la música tibetana puede ser apreciada por toda la gente a pesar de su idioma y color de piel", comentó Yang.
Yang indicó que Badelt opinó que toda la música tiene secciones buenas y malas, pero que la música tibetana es "completamente hermosa".
Luego de su viaje, Badelt decidió conservar las canciones y bailes originales sin cambios.
"M intención es apegarme mucho a la canción y baile antiguos originales. Deseo incorporar y tener la influencia e inspiración de estas canciones y bailes", explicó Badelt.
Zhang Yuan, director de la compañía Kalavinka, que contribuyó con recursos al musical, estuvo de acuerdo con la decisión de Badelt.
"La música tibetana original es como un ingrediente de cocina fino. Lo que necesitamos hacer ahora es simplemente freírla y decorar el plato con sinfonía y algunos elementos modernos para hacer que luzca mejor", dijo Zhang. "La música es tan bella y conmovedora que sería una falta de respeto cambiar algo", opinó.
La Real Orquesta Filarmónica fue invitada a participar en el musical, para convertirse en la primera ocasión que la prestigiosa orquesta interprete música tibetana.
Respecto a la danza, Yin Mei, jefe de departamento y profesor titular del Queens Colegio de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, fue invitado a ayudar con la coreografía.
"Es la primera vez que conozco la danza tibetana, no tiene nada que ver con los bailes que he aprendido y conocido antes", dijo Yin. "Hay algo tan puro y tan verdadero con la vida que no puede ser descrito mediante el idioma y las técnicas. Siento como si sólo fuera un estudiante".
Veintiún bailarines no entrenados del distrito de Baingoin fueron seleccionados para bailar en el musical.
Ngodrup, un joven que ha vivido toda su vida en las praderas de Baingoin, llegó en julio a Beijing con el resto de los bailarines locales para los ensayos.
Ngodrup dijo que bailar y cantar son las cosas que lo hacen más feliz en su vida. Prometió su mejor desempeño y ayudar a más gente a apreciar la música original del Tíbet.
El musical es una adaptación de un historia real. Trata de un fotógrafo que fue salvado de una tormenta de nieve por los tibetanos y él les retribuye ayudando a una niña tibetana enferma a conseguir atención. La inauguración de la ruta férrea Qinghai-Tíbet hizo finalmente posible que la niña fuera atendida.
El musical será presentado en octubre en el Centro Nacional de Beijing para Artes Escénicas. F