La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) terminó hoy en Bonn la actualización anual de la Lista de Sitios del Patrimonio Mundial en Peligro y añadió a la lista tres sitios en zonas conflictivas de Yemen e Irak.

El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, que inició el 28 de junio su reunión anual 2015 en Bonn, dijo que los tres sitios, la Vieja Ciudad de Saná y la Vieja Ciudad Amurallada de Shibam en Yemen y Hatra en Irak, fueron clasificados como sitios en peligro por daños o amenazas derivados de los actuales conflictos armados en los dos países.

De acuerdo con el comité, la Vieja Ciudad de Saná en Yemen ha sufrido "serios daños" por causa de los conflictos. "La mayoría de las coloridas y decoradas puertas y hojas de vidrio de las ventanas, características de la arquitectura de la ciudad, han sido destrozadas o dañadas", indicó el comité.

La Vieja Ciudad de Saná ha estado habitada durante más de 2.500 años y se convirtió en un importante centro de propagación del islam en los siglos VII y VIII. Su patrimonio religioso y político puede verse en 103 mezquitas, 14 baños árabes o hammams y más de 6.000 casas construidas antes del siglo XI.

El comité también decidió colocar a la Vieja Ciudad Amurallada de Shibam, una ciudad del siglo XVI con impresionantes estructuras similares a torres que se elevan de un acantilado y apodada "el Manhattan del desierto", en la lista en peligro dado que el sitio se encuentra "bajo una potencial amenaza del conflicto armado que empeora los problemas de salvaguarda y gestión ya observados".

Hatra, una gran ciudad iraquí fortificada que se desarrolló bajo la influencia del Imperio Parto y capital del primer Reino Arabe, fue incluida en la lista de sitios en peligro en la reunión del comité del miércoles.

El comité expresó preocupación por el estado del sitio de patrimonio luego de los actos de destrucción intencionada por parte de las organizaciones extremistas en ese país.

El lunes, el comité adoptó una declaración sobre protección del patrimonio mundial, expresó su preocupación por los daños del patrimonio mundial en las zonas de conflictos armados y calificó de "crimen de guerra" la destrucción intencionada de patrimonio.