Últimamente, las conductoras han generado debates en la opinión pública. Bajo un contexto social de marcada parcialidad de géneros, algunas personas consideran a las conductoras “asesinas sobre ruedas”. Ese grupo de personas cree que las mujeres no son hábiles debido a su incapacidad para maniobrar detrás del volante, y a su pobre sentido de la orientación, al que atribuyen como causa de accidentes. Así, no es fortuito que haya bromas abundantes ridiculizando a conductoras en redes sociales.

Según la tradición china, los hombres deben salir de casa a trabajar y las mujeres deben quedarse dentro de los confines del hogar. Esta parcialidad de género ha hecho a las personas asumir que los hombres son hábiles conductores mientras que las mujeres no lo son. Antes de que los autos se volvieran la herramienta preferida de transporte de las familias chinas de clase media, las conductoras eran rara vez vistas sobre el camino. Los hombres conducían no sólo autos, sino que también manejaban trenes; estaban de igual forma detrás de los timoneles de los barcos y de los aviones. Una vez que las mujeres irrumpieron en este grupo, especialmente como conductoras de autos, un sector parcial de hombres lo tomó con resentimiento.

Los estudios revelan que las diferencias de género sí existen, principalmente en el terreno de la orientación y en la habilidad para aprender idiomas. Si los hombres en general tienen un mejor sentido de la ubicación, las mujeres son por lo regular mejores en el aprendizaje de idiomas. Pero eso no necesariamente significa que todas las mujeres posean un pobre sentido de la orientación o que todas las mujeres sean buenas para los idiomas. Es ridículo afirmar que ninguna mujeres es capaz de conducir un auto.

Las diferencias de género pueden tener relación con los diferentes papeles que se espera cumplan niños y niñas en sus años de formación. La acción y la fuerza son consideradas tendencias masculinas, y debido a que la conducción de un auto requiere de habilidad para maniobrar y coordinación de la mente con las incertidumbres del camino, se termina asumiendo que es un trabajo para hombres. Por el contrario, la pasividad, la dependencia y la naturaleza introvertida son vistas como cualidades femeninas. Es este estereotipo el que ha privado a muchas mujeres de la habilidad física necesaria y de la confianza para conducir autos.

La motivación y la determinación para lograr una meta son fundamentales para el éxito. Las mujeres pueden ser excelentes conductoras siempre y cuando tengan el coraje de hacer frente a los papeles de género tradicionales y creer en ellas mismas para alcanzar el éxito.

De hecho, dada su naturaleza cautelosa, las mujeres son conductoras más prudentes que los hombres. Las estadísticas revelan que la mayoría de los “asesinos sobre ruedas” son hombres.

Irónicamente, los medios de comunicación a menudo manipulan de forma sensacionalista los accidentes de tránsito vehicular en los que hay involucradas conductoras, debido a que esto llama más la atención. Regularmente exageran la incompetencia de las conductoras y las situaciones de peligro que causan, al tiempo que ignoran el hecho de que la mayoría de los accidentes vehiculares serios son causados por la incompetencia y la pericia deficiente de conductores. La actitud parcial de los medios ha alimentado el estereotipo de que “las mujeres no son buenas conductoras”, lo que a su vez agudiza la discriminación de género.

Desde la perspectiva del feminismo, la estigmatización de las conductoras es un reflejo de una enraizada cultura masculina dominante, que hace a los hombres superiores en todos los niveles de la vida cotidiana.

Estos prejuicios no sólo exterminan el entusiasmo femenino para conducir autos, sino que también las demerita en su estatus social, lo que conduce deficientemente al desarrollo social armonioso.

No obstante, el aumento de las “conductoras” ayuda a eliminar los estereotipos de género y a crear más oportunidades para que las mujeres exploten su potencial en nuevos campos, lo que debe apreciarse como un progreso social. Por ello, es preponderante que la sociedad, especialmente los medios de comunicación, eliminen la discriminación de género y evalúen objetivamente a “las conductoras de autos”.