Su triunfo ha puesto el foco sobre un problema del que no se habla en Japón: el racismo. Incluso la joven ha confesado que decidió presentarse tras el suicidio de un amigo, también mestizo, que sufría problemas de identidad. “Cuando murió decidí que tenía que hacer algo al respecto”, explicó.

Ariana es la primera mestiza que representará al Japón en el concurso de Miss Universo. En el Japón a los mestizos los denominan “hafu”, una especie de pronunciación adaptada de “half” (medio) en inglés. Esta palabra se utiliza para referirse a quien “no es extranjero pero tampoco es completamente japonés”.

Cuando Ariana dice que es japonesa, confiesa que muchos dicen que no puede ser. Su triunfo ha generado una ola de comentarios negativos en las redes sociales japonesas. “¿Está bien elegir a una hafu para ser Miss Japón?”, cuestionaron algunos. “¿Me incomoda pensar que ella representa al Japón”, comentaron otros.

Lo cierto es que la sociedad japonesa tiene una concepción muy limitada de lo que significa ser japonés, basada en la raza, pero lo cierto es que ellos mismos son una mezcla chino-coreana, pero el mito de que son únicos es muy fuerte y eso hace que ser distinto sea difícil.

Las estadísticas muestras que el Japón ya no es el país homogéneo que muchos creen, pues uno de cada cincuenta niños es mestizo, lo que equivale a 20.000 bebés al año.

Lo que se preguntan ahora los obsesionados con la pureza racial es qué pasará si Ariana logra alzarse con la corona de Miss Universo, cuyo certamen se celebrará a comienzos del 2016.