Las autoridades de Shenzhen, una de las ciudades más industrializadas de China, anunciaron el lunes a las 5,40 p.m. que la ciudad pondría un límite a las ventas de nuevos coches, con lo que a los residentes sólo se les permite adquirir un nuevo vehículo mediante una lotería o subasta.

A partir del lunes a las 6 p.m. sólo podrán expedirse 100.000 nuevas matrículas al año, número que incluye 20.000 coches eléctricos.

Nada más escuchar el repentino anuncio, los residentes locales aprovecharon el espacio de 20 minutos para lanzarse a los concesionarios para comprar un coche.

Esta foto fue tomada a las 7,37 p.m. del 29 de diciembre de 2014, y muestra a los comerciantes tratando de conseguir llaves para nuevos coches recién vendidos en la puerta de una oficina en un concesionario en Shenzhen.