Heera, un elefante de 50 años que ha sido la principal atracción en fastuosas bodas, solía vivir junto al Yamuna, un contaminado río donde, no obstante, el aire fresco y el forraje son más fáciles de conseguir. Pero hace unos años la ciudad prohibió que hubiera elefantes en el río. Ahora sólo va de visita. Su dueño se niega a dejar la ciudad y llevarse al elefante porque cree que el animal es parte de la idiosincrasia de Delhi, pero el veterinario que rescató los dos elefantes accidentados por un camión dice que la ciudadanía necesita afrontar la realidad respecto a animales en peligro, aunque sean sagrados.

Sean considerados sagrados o profanos, sea la ciudad su hábitat natural o no, todas esas especies necesitan de desesperadamente la ayuda de los humanos.