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spanish.china.org.cn | 10. 12. 2014 | Editor: Eva Yu | [A A A] |
(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- El uniforme escolar que llevaba puesto Malala el 9 de octubre de 2012, cuando fue atacada salvajemente por talibanes, se exhibe por primera vez en Oslo. Por deseo expreso de la joven, las prendas ensangrentadas que guardaban sus padres, serán parte de la exposición “Malala y Kailash”, del Centro Nobel de la Paz en la capital noruega, y que será inaugurada por los protagonistas mismos el jueves. Malala obtuvo el Premio Nobel de la Paz, junto con el activista indio Kailash Satyarthi.
El uniforme, un salwar kameez de kurta azul oscura con dupatta (chal) originalmente blanca, como es habitual en el subcontinente, manchado de sangre y hecho jirones en las mangas es "un símbolo desgarrador de las fuerzas a las que muchas niñas se están enfrentado por su derecho a ir a la escuela", señaló Bente Erichsen, la directora ejecutiva del Centro Nobel de la Paz.
Fue Malala misma quien deseó que formara parte de la exposición que tradicionalmente en Centro Nobel de la Paz dedica a los galardonados. "Mi uniforme escolar es muy importante para mí porque lo llevaba cuando iba al colegio. El día que fui atacada lo llevaba. Yo estaba luchando por mi derecho a ir a la escuela, estaba luchando por mi derecho a la educación (...). Ahora quiero mostrarlo a los niños, a las personas de todo el mundo. Este es mi derecho, el derecho de todos los niños", relata la joven paquistaní en un vídeo que forma parte de la exhibición.
En la exposición se muestran además fotografías de la infancia de la joven, que fueron donadas por sus padres, así como o imágenes sobre el valle del Swat, el lugar de donde procede y que tomaron los talibán cuando Malala tenía 10 años, tomadas por el fotógrafo Lynsey Addario, quien recibió el premio Pulizter por su labor de documentación de los horrores del régimen talibán.
También hay otras imágenes donde aparece Malala en distintos lugares del mundo, luchando por la educación infantil. Porque como ella dijo, nueve meses después de sufrir el atentado, en su 16 cumpleaños, ante las Naciones Unidas: " Un niño, un maestro, un libro, una pluma, pueden cambiar al mundo”.
Por su parte, Kailash Satyarthi, también fue galardonado con el Premio Nobel a la Paz por su lucha incansable contra la esclavitud infantil en la India. Para el activista indio el premio "es muy importante para millones de niños a los que se les niega su infancia", expresó en la rueda de prensa que ambos galardonados concedieron en el Instituto Noruego del Nobel, en la misma sala donde el pasado octubre Thorbjørn Jagland anunció sus nombres.
"Este premio no es para mí", dijo en su presentación, "Malala estará de acuerdo conmigo, en que [en su caso] es para todas las niñas", añadió mientras la joven paquistaní asentía. No ha faltado entre ambos muestras de complicidad, hasta el punto que Satyarthi, haciendo gala en todo momento de un gran sentido del humor, ha afirmado que Malala es una hija para él. "¿Estás de acuerdo?", le ha espetado entre risas a su padre y mentor, Ziauddin Yousafzai, que se encontraba presente junto otros familiares de los premiados.
Para el Premio Nobel indio "cuando un solo niño está en peligro, todo el mundo está en peligro", por eso ha alabado la lucha de Malala y se ha mostrado feliz por compartir el galardón con ella. "Nos tenemos un gran respeto y amor. Es la niña más valiente", así la describió.
Malala devolvió a su vez, los halagos al activista indio, a quien ha llamado “su inspiración”. Recalcó que no están en Oslo únicamente para recibir el galardón, sino “para decir a los niños que tienen que levantarse por sus derechos”. También desmintió que el galardón fuera una presión o “una carga” como afirmaban muchos. "Yo siento la presión desde el primer momento. Pero soy una sierva de Dios y de mí misma. [El Nobel de la Paz] puede parecer una presión, pero es lo contrario. Me hace sentir que no estoy sola. Me da esperanza", añadió en inglés.
Al preguntársele si volverá a Pakistán, la joven indicó que “es su país, su casa” y que lo hará encantada, pero “no como política”, dijo en respuesta a la pregunta de un periodista francés que la comparaba con Benazir Bhutto. Señaló que “sigue siendo mi sueño que cada niño en Pakistán tenga acceso a la educación”.
Respecto a la ausencia de los primeros ministros de la India y Pakistán en Oslo, Malala ha explicado que su asistencia a la ceremonia "habría sido un honor. Porque buscamos fortalecer la relación, habría sido una gran oportunidad para mejorar las relaciones, trabajar conjuntamente en la educación de ambos países", contestó en urdu a uno de la decena de periodistas que se han traslado desde el subcontinente.
Para Satyarthi, que respondía primero en hindi y luego traducía al inglés: "Lo más importante es la relación de la gente con la gente, siento que [los paquistaníes] son miembros de mi familia". Y ahora más "que además de recibir el Nobel de la Paz, tengo una nueva hija junto a mí", concluyó.