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spanish.china.org.cn | 12. 11. 2014 | Editor: Lety Du | [A A A] |
Resulta alentadora la extensa lista de acuerdos firmados durante la visita a China del presidente estadounidense, Barack Obama, pero aún queda mucho por hacer para traducir las promesas en realidad.
Después de las sinceras conversaciones de este miércoles entre Obama y su homólogo chino, Xi Jinping, se anunció un plan conjunto sin precedentes sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como otros acuerdos en materia de visados, comercio y vínculos entre los ejércitos.
Con un tono amigable, Obama dijo a Xi y líderes empresariales de Asia-Pacífico que EEUU da la bienvenida a una China pacífica, próspera y estable. "Queremos que le vaya bien a China", aseguró.
La atmósfera cordial, sin embargo, podría ser solo otro episodio en las relaciones entre las dos principales economías del mundo, que en los últimos años han tenido que superar múltiples obstáculos en medio de los constantes esfuerzos para mantener el avance de los lazos.
También podría representar el inicio de los progresos reales hacia un nuevo tipo de relación entre potencias, si Washington es capaz de aprovechar la oportunidad y emprender mayores acciones para profundizar la cooperación con Beijing.
Al proponer hace un año el concepto de nuevo tipo de relación, Beijing demostró su disposición para ayudar a materializarlo a través de vías coincidentes con los intereses de ambos países y sus pueblos.
Pese a las diferencias en una serie de temas, los líderes chinos han manifestado repetidamente que los dos países pueden lograr beneficios mutuos si deciden trabajar conjuntamente en lugar de alejarse uno del otro.
La colaboración es la clave de los dos países no solo para enfrentar conjuntamente los desafíos globales, sino también para disipar el constante sentimiento de desconfianza que podría impedir la realización de un nuevo modelo de relaciones bilaterales.
El resultado positivo de la visita de Obama a China debería servir de recordatorio de cuánto los dos países pueden y deben alcanzar: ambos entienden la necesidad de nutrir una relación bilateral duradera, y ello requerirá de una mentalidad con visión de futuro y acciones concretas.
Llamado a sí mismo como "primer presidente del Pacífico de EEUU", Obama ha hecho de su estrategia de "Pivotar hacia Asia" un aspecto relevante de su política exterior. Pero una relación exitosa y estable con China podría ser la parte más brillante de sus dos últimos años en la presidencia.
El futuro de la relación China-EEUU presentará tanto problemas como oportunidades. Pero sin la cooperación China-EEUU no habrá mucho que lograr en Asia-Pacífico. Si los dos países trabajan juntos, el mundo entero se beneficiará. Es por ello que existe mucho que esperar de los legisladores de ambas partes.