(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- En China, las tortugas han sido consideradas tradicionalmente como animales de buena fortuna para la buena salud y la longevidad. Así que varias semanas después de retirarse de su trabajo como instructor de manejo, Li Xianming de 58 años gastó casi 3.000 yuanes (490 dólares) para comprar una exótica especie importada, como talismán para la vida que le quedaba por delante.

Sin embargo, la tortuga de Li no le trajo buena salud. En vez de ello, le causó una dolorosa infección, luego de que se rasguñó en un dedo al estar limpiando la pecera del animal.

“Al principio, mi dedo medio empezó a sentir comezón. Luego, un montón de pequeños verdugones rojos comenzaron a aparecer”, dijo Li. “Después de eso, empecé a tener verdugones por todo el revés de la mano. Estaba muy asustado”.

Li fue al hospital, donde se le diagnosticó granuloma de las piscinas, también conocido como “granuloma de los acuarios”. La enfermedad cutánea es ocasionada por una extraña bacteria llamada mycobacterium marinum, que usualmente infecta a las personas a través de heridas en la piel.

“El doctor dijo que era altamente posible que la infección haya sido ocasionada por la tortuga, porque la bacteria sólo la tienen animales acuáticos” dijo Li. “Dijo que incluso si la tortuga no llevaba la bacteria originalmente, podría haber sido transmitida de otros animales acuáticos con los cuales fue transportada a China”.

En años recientes en China, ha emergido un mercado para tener animales que son exóticos o que no son mascotas comunes. Algunos tienen animales que son relativamente ordinarios, como tortugas, roedores y peces exóticos. Pero, otros están buscando animales más exóticos y amenazados, desde monos hasta aves rapaces.

Es ilegal tener algunos de estos animales como mascotas en China, por lo que son obtenidos del mercado negro. Incluso aquellos que pueden ser tenidos legalmente como mascotas podrían no haber entrado al mercado legalmente, tal como descubrió Li cuando intentó regresar la tortuga al hombre del cual la adquirió.

“Cuando le mostré al vendedor mi infección y le pregunté si tenía permiso para importar la tortuga, se negó a contestar” dijo Li.

Un vocero para la Sociedad de Conservación de Anfibios y Reptiles de Chengdu de la Academia China de Ciencias estimó que había “cientos de miles” de personas en China que tenían animales exóticos de mascotas, una gran cantidad de las cuales habían sido traídas a China en forma ilegal.

Además de las objeciones éticas que se pueden ocasionar por tener dichos animales y los peligros que éstos podrían representar para sus dueños, por tenerlos en cautiverio, expertos en enfermedades infecciosas han advertido a las personas que estén alerta sobre la posibilidad de contraer enfermedades peligrosas de dichos animales.

Zhang Jijun, un funcionario de la Oficina de Inspección de Entradas y Salidas y Cuarentena de Beijing, dijo este mes que los animales traficados ilegalmente en el mercado negro representan un gran riesgo para sus dueños, pues no han pasado por los procesos regulatorios de examinación de enfermedades infecciosas requeridos por la ley.

Alpacas enfermas

En años recientes en China, las alpacas se han convertido en los animales más buscados para tenerlos de mascotas. Originarios de Sudamérica, ahora son criados en este país, así como en otros más, incluyendo Australia, Japón, Alemania y Estados Unidos.

“A la gente joven realmente le gustan las alpacas, porque son nuevas, dóciles y adorables” dijo Xiao Qinglin, de 29 años, cuyo jefe compró dos alpacas para su negocio de planeación de bodas. “Mi jefe compró sus alpacas de la provincia de Shandong, pero muchas personas las compraron directamente en tiendas en línea de Taobao”.

Zhou Zhongqin, quien tiene una compañía en Beijing que vende y renta alpacas llamada Base de Alpacas de China, dijo que los animales eran tan populares, que estaban teniendo problemas para satisfacer la demanda.

“Aunque cuesta entre 40.000 yuanes ($6530.72) y 70.000 yuanes comprar una alpaca, nuestra oferta siempre se queda corta frente a la demanda” dijo Zhou. “Recibimos tantas órdenes que no podemos mantener el rastro”.