Museo del Tíbet

Para un vistazo detallado de la geografía de la región, cultura e historia, asegúrese de revisar el Museo del Tíbet. Con tres zonas de exhibición, hay varias exposiciones interesantes de los distintos estados de Buda y Bodhisattva, antiguos libros tibetanos, el sello de oro y cerámica ancestral. Los muchos salones empiezan desde la prehistoria del Tíbet, hasta las armas e instrumentos musicales y artesanías folclóricas, así como antiguas Thangkas, o pinturas religiosas.

Además de las Thangkas, que casi hacen una enclopedia histórica del Tíbet, el edificio también es un excelente ejemplo de la arquitectura tibetana.

Las notas más altas

El Palacio de Potala, el emblema de Lhasa, es una maravilla arquitectónica incluso para los estándares modernos. El lugar se eleva 13 pisos sobre la Colina Roja y contiene más de 1.000 habitaciones.

Durante el día, es glorioso de rojo, blanco y dorado con un cielo azul en el trasfondo. De noche, ofrece vistas resplandecientes de la fuente musical más alta del mundo.

La plaza del Palacio Potala combina el agua con la música en las tardes, creando escenas mágicas que no se ven en ninguna otra parte del mundo.

Un paseo por el río de Lhasa

Camine cerca del río, que es claro y quieto, como un espejo. Refleja el cielo, las nubes, montañas y árboles, lo que lo convierte en el paisaje idílico de la imaginación de muchos.

Las montañas y lagos del Tíbet usualmente son considerados sagrados y algunos de los viajeros gustan de llevarse una piedra del río a su casa, para la buena fortuna. Las riberas también son buenos lugares para tomar fotos. Si se encuentra con alguien, diga “tashi delek” con una sonrisa, lo cual significa hola, buena suerte o adiós en tibetano.