RonJaDa (Canadá)

Existen problemas relacionados con la comida en todos los países. La clave es, ¿qué se hace cuando sucede un escándalo? Tengo confianza en mi país de que los distintos niveles de gobierno investigarán y requerirán que las compañías involucradas manejen la situación, encuentren la raíz del problema e implementen estándares y reglas para proteger la seguridad alimenticia y si es necesario y beneficioso para la sociedad, presentar cargos penales cuando sea apropiado.

También estoy consciente de que la responsabilidad final yace en mí y en otros consumidores en el ejercicio de la precaución y el sentido común, no sólo al comprar comida, comer en restaurantes o quioscos, sino en el manejo adecuado de la comida una vez que ha sido comprada. Cuando compro o cocino comida, la examino para encontrar signos de putrefacción o manipulación. Siempre limpio adecuadamente las tablas para cortar comida, los utensilios y mis manos luego de tocar carne cruda y pescado.

Sí, necesitamos que los comerciantes ejerzan prácticas de seguridad alimenticia y que los gobiernos aseguren que se realicen los niveles apropiados de inspección alimentaria a lo largo de la cadena alimenticia. No hay garantías del 100 porciento.

Seneca （Estados Unidos）

Estuve en Europa cuando sucedió el escándalo por la carne de caballo y la gente en toda la Unión Europea tenía dos pensamientos al respecto: sí, los proveedores y tiendas nos estaban engañando y no, esto no afecta nuestra salud. Por supuesto, la salud de los consumidores rara vez peligra cuando suceden manipulaciones solapadas.

Sin embargo, la estable erosión de la confianza del consumidor sobre la calidad de la comida puede terminar muy mal. Si no nos importa más lo que hay dentro de una envoltura, algún día podríamos terminar comprando bienes de baja calidad que podrían perjudicar nuestra salud.

¡Consumidor ten cuidado!¡Mantente informado!¡Edúcate!¡No confies en los proveedores alimenticios!