Por su parte, Putin y el presidente estadounidense Barack Obama, hablaron por teléfono sobre la situación ocasionada por el avión derribado.

Arseny Yatseniuk, el primer ministro, ordenó una investigación sobre la “catástrofe aérea”, según declaró su portavoz, Olga Lappo. A esa petición se sumó Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE). "Las circunstancias deben aclararse sin demora y la investigación internacional debe esclarecer plenamente esta tragedia" precisó Ashton en un comunicado.

La Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos prohibió todo tipo de vuelos estadounidenses sobre el espacio aéreo del este de Ucrania. La restricción afecta a las regiones aéreas de Simferopol y Dnepropetrovsk, informó la autoridad aérea. La orden amplia una prohibición previa emitida en abril para sobrevolar la región de Crimea y las regiones adyacentes del Mar Negro y el Mar de Azov.

El Pentágono recopila información sobre el suceso a través de sus satélites y aviones de reconocimiento en Europa Oriental. Insurgentes separatistas aseguran haber hallado las cajas negras del avión, mientras una misión de especialistas de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) se dirige a la 'zona cero'.