El momento más dramático ocurrió en el minuto 11, con el primer gol de la Copa Mundial. Se trató de un autogol anotado por el defensa brasileño Marcelo.

El mediocampista croata Olic se coló en la defensa brasileña por la izquierda e hizo un pase para gol que fue recibido por Nikica Jelavic, quien remató hacia el poste delantero. Marcelo no pudo detener el pie a tiempo y mandó el balón al fondo de la red.

Fue el primer autogol de la historia en un partido de inauguración de la Copa Mundial.

La rápida desventaja presionó a Brasil al rincón, pero encendió su espíritu de combate. Los brasileños pronto controlaron el juego con sus brillantes habilidades individuales.

Tras obligar a la selección croata a cometer errores, el equipo brasileño asedió la portería contraria.