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spanish.china.org.cn | 23. 04. 2014 | Editor: Ara [A A A]

Opinión: no hay alegría para Obama en Japón

Palabras clave: Opinión: no hay alegría para Obama en Japón

(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- El 3 de octubre de 2013, la Casa Blanca anunció que el presidente Barack Obama había cancelado planes para asistir a la reunión de Cooperación Económica Asia-Pacífico, debido al cierre del gobierno estadounidense. Desde entonces, la administración estadounidense ha estado elaborando planes para que Obama visite Asia.

El miércoles, el Air Force One aterrizará en Tokio. Japón es el primer destino del presidente estadounidense en su gira por el este de Asia, que también lo llevará a la República de Corea, las Filipinas y Malasia. El viaje de Obama ha provocado discusiones por razones obvias. La mayoría de las especulaciones se centran en sus anticipadas charlas con el primer ministro japonés Shinzo Abe. En el último momento, la estancia de Obama en Japón fue extendida a tres días (originalmente iban a ser dos) y Tokio anunció que visitaría como invitado del Estado- un arreglo que equivale a muchas oportunidades para hacer fotografías.

El comercio se encontrará alto en la agenda Obama. La administración estadounidense tenía esperanzas de utilizar la reunión de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés) para avanzar el progreso en la iniciativa comercial lidereada por Estados Unidos, conocida como Acuerdo Estratégico Trans- Pacífico de Asociación Económica (TTP). Pero pocos anticiparon cualquier tipo de progreso en las negociaciones. Dada la situación nacional en Japón y otros países, moverse hacia adelante es poco posible. Esto no ha cambiado.

Cuando Obama se reúna con Abe, el 24 de abril, se espera que los dos líderes prometan continuar en la búsqueda de esfuerzos para hacer el TTP realidad. Sin embargo, un acuerdo sigue siendo esquivo: quizá imposible. El sector agrícola de Japón está entre los más protegidos del mundo. De acuerdo a los cálculos de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, los agricultores japoneses obtienen casi la mitad de sus ingresos de subsidios y apoyo a los precios (comparado con un décimo en los Estados Unidos). Abe argumentará que las altas tarifas de importación deben ser mantenidas en cinco categorías agrícolas “sagradas”: el arroz, trigo, lácteos, azúcar y productos de carne de res y de cerdo.

Ya que nadie espera un progreso en los lazos económicos, la atención se ha centrado en las implicaciones que la visita de Obama podría tener en la relación de seguridad entre Estados Unidos y Japón. Japón es considerado como muchos como un “pilar” de la estrategia defensiva de Estados Unidos en el Pacífico occidental. Estados Unidos tiene más de 50.000 tropas en las islas de Okinawa, y Yokosuka sirve como sedes para la Séptima Flotilla. Pero Abe quiere más.

Funcionarios estadounidenses de alto rango han asegurado a Tokio que, mientras que Washington no reconoce la soberanía japonesa sobre las islas Diaoyu, el Artículo 5 del tratado de seguridad Estados Unidos-Japón compromete a Estados Unidos a la defensa de los territorios “administrados” por Japón, incluyendo las islas disputadas. De acuerdo a los medios japoneses, Abe está esperando un compromiso idéntico o más fuerte de Obama. Algunos están soñando con una declaración más confrontacional: quizá una nueva doctrina de política exterior “destinada” a “contener” a China. Esto es poco posible.

Aunque hay una buena probabilidad de que Obama utilizará su visita para recordar al mundo acerca de las obligaciones de los tratados de Estados Unidos, es casi cierto que evitará hacer declaraciones provocativas. Es más probable que emplee la “diplomacia tranquila” para advertir a Abe que es “parte del problema” en el Pacífico occidental. Por ejemplo, luego de la reciente visita de Abe al Templo Yasukuni, que rinde homenaje a 14 criminales de guerra, la embajada estadounidense en Tokio emitió una declaración que decía: “Estados Unidos está decepcionado de que el liderazgo de Japón haya realizado una acción que exacerbará las tensiones con los vecinos de Japón”.

Lo que es más, algunos legisladores estadounidenses están instando a Japón a pedir disculpas de forma inequívoca por su sistema de “mujeres de confort” durante la guerra. El 5 de febrero de 2014, el asistente del Secretario de Estado estadounidense, Daniel Russel alabó los pedidos de algunos líderes regionales de buscar una resolución pacífica y negociada a la disputa en el mar del este de China. Sin embargo, el problema es que Abe ni siquiera quiere reconocer que hay una disputa.

En suma, parece que la visita de Obama a Japón no resultará en muchos dividendos para ningún país. En el frente económico, los esfuerzos del presidente estadounidense para revivir las atribuladas negociaciones del PPT posiblemente se desplomen. En el tema de seguridad, Abe probablemente recibirá la declaración habitual acerca del valor del tratado de seguridad entre Estados Unidos y Japón- y no el compromiso más amplio que él desea. Quiza más decepcionante es la posibilidad de que Obama sea incapaz de convencer a Abe de adoptar un enfoque más medido respecto a asuntos delicados y por lo tanto reducir tensiones con los vecinos de Japón.

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