Matrimonios arreglados en tiempos modernos

Los matrimonios arreglados, también conocidos como matrimonios ciegos, eran una antigua tradición controlada por los padres de las novias y los novios. La pareja podría ni siquiera haber tenido la oportunidad de verse antes del día de su boda.

Sin embargo, los matrimonios arreglados están haciendo una reaparición, dijeron muchas personas de los 90, porque sus padres están tan involucrados con el proceso entero, que no necesitan preocuparse de nada.

Alrededor del 24 porciento de unas 300 personas que se casaron en sus veintitantos dijeron que sus padres fueron quienes les presentaron a su cónyuge, otro 24 porciento dijo que sus parientes la habían hecho de casamenteros, según una encuesta del año pasado realizada por el sitio de citas Zhen’ai.

Más del 86 porciento de los miembros registrados dijeron que sus padres han intentado arreglarles matrimonios. Y hasta un 82 porciento de las mujeres y un 96 porciento de hombres dijeron que lo podrían aceptar.

“Muchos veinteañeros han estado dependiendo de sus papás sus vidas completas, así que cuando se trata de matrimonio, amarán lo que sus padres les den” dijo la psicóloga Wei Yingdi, del Estudio de Asesoramiento Psicológico Jinguoyuan de Shanghái.

“Algunos podrían estar en contra de la idea al principio, pero eventualmente se comprometerían, porque saben que sus padres han pasado por todo esto y saben que es lo mejor para ellos” continuó.

Una de las mayores razones por las cuales los veinteañeros aceptan el matrimonio arreglado moderno, es porque piensan que “las citas gastan un montón de dinero y de energía”. Y con el apoyo financiero y emocional de sus padres, pueden tener un matrimonio seguro y estable.

El shanghainés Lu, de 25 años, experimentó un matrimonio moderno arreglado hace dos años. Desde el compromiso hasta el certificado de matrimonio pasando por la boda, todo fue arreglado por su padre.

“La gente supuestamente debe sentirse emocionada por su boda, pero mi esposa y yo no sentimos nada” señaló Lu.

Una vez que los padres se involucraron, el proceso se volvió muy “efectivo”. Un mes después del compromiso, se les pidió obtener un certificado de matrimonio. Dos meses después se les pidió que reservaran un lugar para la boda. La única cosa que ellos hicieron por sí mismos fue su luna de miel. Sin embargo, poco después de ésta, se les pidió que proporcionaran un nieto.

“Me siento incómodo algunas veces, pero realmente aprecio lo que mi papá hizo por nosotros” dijo Lu.

Para cuando la pareja había completado estas tareas, Lu ya era padre de un bebé de dos meses. Sus padres, por supuesto, ofrecieron cuidar al niño.