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spanish.china.org.cn | 19. 03. 2014 | Editor: Sonia [A A A]

Wang Jianlin, el hombre más rico de China, quiere comprar el Edificio España

Palabras clave: Wang Jianlin, el hombre más rico de China, quiere comprar el Edificio España

CERRADO DESDE 2006

El Edificio España hoy figura en la lista de la compra del hombre más rico de China, Wang Jianlin. El coloso trasladó a España el modelo de "pequeña ciudad" vertical del Rockefeller Center neoyorquino.

Aunque como rascacielos no era un rival ante los 383,2 metros del Empire State (1932), su inauguración fue un acontecimiento en el año en que España firmó el concordato con la Santa Sede y los primeros acuerdos comerciales con Estados Unidos, que concluyeron el aislamiento internacional desde el final de la II Guerra Mundial.

El Edificio España es un ejemplo de la arquitectura española de los 40 y 50, "ecléctico" y con un "punto de grandilocuencia" que, pese a no responder a los cánones de modernidad de su tiempo, fue muy relevante y tenía sentido, según explicó el presidente del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), José Antonio Granero.

"Trató de ser una especie de Rockefeller Center, una pequeña ciudad con actividad comercial, oficinas, viviendas y espacios de ocio", relata Granero, que destaca la imagen potente de la fachada que ofrece la torre hacia la plaza de España. Sin embargo, más de medio siglo después, todavía no ha cuajado ninguno de los diferentes proyectos de transformación de un edifico "enorme" tras muchos años de inactividad.

Pionero en su época, el Edificio España se erigió sobre el solar de un antiguo convento destruido durante la Guerra Civil que adquirieron los hermanos Julián y Joaquín Otamendi, arquitectos y propietarios de la Compañía Inmobiliaria Metropolitana, germen de la actual Metrovacesa.

Cinco años tardaron en construirlo y su inversión de 200 millones de pesetas de la época, rompió moldes con sus 26 plantas, 32 ascensores, 3.123 ventanas, 184 apartamentos, un hotel de lujo con 307 habitaciones, salón de fiestas para 1.200 personas y una piscina en la terraza superior.

En las décadas posteriores y hasta la construcción de las cuatro enormes torres que hoy marcan la línea del horizonte de Madrid, solo la Torre Picasso -157-, la Torre de Madrid -142- y la Torre Europa -121- habían logrado superar su altura.

En 2005, la inmobiliaria Metrovacesa vendió el 50 % del emblemático edificio al fondo inmobiliario del Santander Central Hispano por 138,6 millones de euros y cerró un acuerdo de compraventa del 50 %, que también vendió al banco por esa misma cantidad.

A partir de entonces, los medios de comunicación han registrado un goteo de posibles proyectos de remodelación que, en un contexto de crisis, no han cuajado para devolver la vida a un edificio cuyo interior fue demolido en 2007 tras un largo periodo vacío.

El Consejo Regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid anunció en el año 2000 que el edificio, entre otros, era susceptible de ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC), una protección que sin embargo el inmueble no tiene, explicó el presidente del COAM.

Granero puntualiza que los nuevos propietarios no podrían tirar la fachada actual, aunque apuesta por un debate para la "sustitución" del edificio -no quiere citar la palabra "derribo"- en el que se conjuguen el respeto al patrimonio y la utilización lógica del actual inmueble.

 

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