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spanish.china.org.cn | 18. 03. 2014 | Editor: Ara | [A A A] |
El sábado, el primer ministro malasio, Najib Razak se paró en el podio de nuevo y anunció a una audiencia nerviosa y esperanzada en Kuala Lumpur y más allá, que la última evidencia había mostrado que el MH370 dio vuelta y se dirigió hacia el océano Índico y no hacia el Mar de la China Meridional como se había conjeturado anteriormente, antes de enmudecer totalmente. Los aparatos de comunicación abordo también parecían haber sido apagados deliberadamente.
Luego de esta última ronda de información, algunos rápidamente condenaron las “malgastadas” e “improductivas” búsquedas aéreas y marítimas realizadas en una extensa zona del Mar de la China Meridional, alegando que habían sido erróneas desde el principio.
Sin embargo, las operaciones de búsqueda en el Mar de la China Meridional sirvieron una función más amplia, y que podría decirse que valió la pena. En un conteo, en el punto máximo de las operaciones de búsqueda, había casi 100 buques y aviones de unos 15 países peinando las supuestas esquinas del Mar de la China Meridional.
Entre aquelllos que participaron activamente en las operaciones se encontraban los países vecinos al Mar de la China Meridional, tales como China, Vietnam, Malasia, Filipinas y Brunei.
En años pasados el Mar de la China Meridional ha sido testigo de tensiones crecientes. China y las Filipinas por ejemplo, se rozaron en repetidas ocasiones en torno a un grupo de bancos a las afueras de la Bahía de Manila.
Pero, en tanto que la desaparición del MH370 se incrustó en las mentes de todos, todas estas disputas entre vecinos sobre el Mar Meridional de China se desvanecieron. Desaparecidas en un momento donde los implacables lados estaban preocupados por todas y cada una de las pulgadas del territorio del Mar de la China Meridional.
En vez de ello, vimos buques y aviones diseñados con propósitos militares buscando juntos. Durante la semana pasada, no ha habido protestas de supuestas “intromisiones”.
Estos son desarrollos positivos en términos de la situación menos que cordial en este mar.
Por supuesto, hubo una falta de coordinación perfecta entre los diversos convoyes nacionales de búsqueda, pero eso sólo puede esperarse de las repercusiones de un incidente tan repentino. Lo importante es que no hubo enemistad entre ellos.
Estas operaciones de búsqueda en el Mar de la China Meridional entonces se convirtieron en un ejemplo lleno de esperanza de una búsqueda humanitaria conjunta y rescate, una práctica que podría ser consagrada en el muy anticipado Código de Conducta en el Mar de la China Meridional (COC), China podría tomar la oportunidad de este renovado impulso para tomar parte proactivamente en la elaboración y eventual adopción del COC.
Sin embargo, estas búsquedas pueden en el mejor de los casos retrasar las disputas del Mar de la China Meridional y difícilmente pueden resolverlas integralmente.
Aún es necesario un cambio más fundamental en la actitud de todos los reclamantes. Parte de la respuesta puede ser encontrada en los “Cinco Principios de Coexistencia Pacífica” de hace 60 años que fueron parte de la Declaración Bandung en 1955.
Recientemente invocados de nuevo por el primer ministro chino Li Keqiang al dirigirse a una pregunta respecto a las relaciones con los vecinos, durante una conferencia de prensa el jueves, los “Cinco Principios” incluyen respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial, la no agresión mutua, la no interferencia mutua en asuntos internos así como igualdad y beneficios mutuos.
Los países alrededor del Mar de la China Meridional deben tener estos principios en mente firmemente al lidiar entre sí.
Un ejemplo positivo prominente en este aspecto es la estrecha relación entre China y Malasia, que recientemente fue elevada a una asociación estratégica comprensiva.
Otro ejemplo proporcionado por Li durante la misma conferencia de prensa, es que China y Vietnam recientemente acordaron explorar y explotar conjuntamente los recursos marítimos dentro de los territorios disputados.
Con tales mecanismos para construir la confianza, podemos esperar lo último en soluciones pacíficas y prósperas de estas disputas de vecindad.