Un total de diez personas han sido condenadas hoy martes por haber producido y vendido alimentos tóxicos, según el Tribunal Popular Intermedio de Jinan, capital de la provincia oriental china de Shandong.

Un hombre fue condenado a muerte con suspensión de la ejecución y dos a cadena perpetua. Los otros siete involucrados recibieron un castigo de entre cinco y quince años de prisión, además de unas multas que oscilan entre 500.000 y dos millones de yuanes (82.000 y 327.000 dólares).

En marzo de 2001, Zhu Chuanfeng y sus dos hermanos Zhu Chuanqing y Zhu Chuanbo, invirtieron en la construcción de una planta de aceite para procesar y vender aceite animal.

En 2006, comenzaron a producir el "aceite de alcantarilla", que se refiere al aceite hecho ilegalmente mediante el reciclaje del aceite desechado e incluso de los residuos de los restaurantes, y que luego se comercializa como aceite de cocina.

Los demandados vendieron el "aceite de alcantarilla" a 17 distribuidores de aceite de las provincias de Shandong y Shanxi (norte) por un valor estimado de 52,4 millones de yuanes.

Zhu Chuanfeng fue sentenciado a muerte con dos años de suspensión de la ejecución por producir y vender alimentos tóxicos y perjudiciales, con la confiscación de todos sus activos personales.

Los dos hermanos de Zhu fueron sentenciados a cadena perpetua y también les fueron decomisados los activos personales.

China ha combatido el "aceite de alcantarilla" como parte de sus esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria. El aceite, que contiene sustancias cancerígenas, resulta peligroso si se consume.