¿Podría encontrar un apartamento en Beijing en una semana? Es fácil si sabe cómo. Emma Song, una secretaria china de Datong, Benny Oyama, un músico Japonés – Americano de Nueva York, y Peter Walters, un ejecutivo de márketing Americano de Utah, eran amigos íntimos que tenían una semana para encontrar un apartamento.
Para finales de noviembre del 2007, Oyama estaba a punto de ser desahuciado y Song no quería pagar otro mes de alquiler para la habitación en la que estaba viviendo cerca de Sanlitun.
Aunque habían discutido sobre sus búsquedas de apartamentos por separado durante unas semanas, sólo habían decidido convertirse en compañeros de piso dos semanas antes de la caducidad del alquiler de Oyama.
Cada uno tenía sus propias razones para trasladarse. Song estaba buscando una nueva experiencia de vida.
“Siempre he vivido con mujeres y las mujeres tienen sus propias reglas,” explicó ella.
Sus antiguas compañeras de piso tenían normas estrictas sobre todo, desde apagar las luces después de dejar una habitación hasta prohibir que amigos y familiares pasasen la noche.
Asimismo, ella se estaba gastando 500 yuanes (70 dólares USA) al mes en taxis para llegar a la estación de metro de Dongsishitiao para que pudiese ir a su trabajo en un banco de inversión en Financial Street, distrito Xicheng.
Anteriormente, Oyama había vivido en una casa con patio convertido a apartamento en un hutong. Mientras que al principio le gustó la experiencia de “vivir en una aldea”, se sintió muy incómodo cuando los otros residentes tomaron mucho interés en su vida privada – especialmente después de que una visitante femenina hiciera mucho ruido buscando la salida por la noche.
“Era un gran apartamento, pero nunca me sentí cómodo después de ese incidente,” comentó él.
Había demasiada presión de los otros residentes para ajustarse a los estándares morales de la casa del patio.
Siendo un ejecutivo de márketing en la compañía de tecnología en Changping, Walters se estaba gastando 2.000 yuanes al mes para ir al centro de Beijing. Aunque tenía un apartamento cerca de su trabajo, él también estaba viajando al centro de la ciudad por razones sociales y de trabajo una o dos veces a la semana.
Walters también estaba acostumbrado a buscar apartamentos rápidamente. Regresando a Beijing en septiembre del 2006, él encontró un apartamento unas horas después de bajarse del avión.
“Le indiqué al taxista el nombre del edificio – Hou Xian Dai Cheng – que me acordé y me gustó, y una hora más tarde ya tenía apartamento,” declaró él.
El Internet fue clave para su amistad y su búsqueda. Walters había conocido a Song y Oyama a través de Craiglist (beijing.craiglist.org), páginas de web en inglés, y the Beijingner (thebeijinger.com).
Para encabezar la búsqueda, Song usó las páginas web de inmobiliarias chinas y de expatriados para encontrar apartamentos libres. No obstante, ella descubrió rápidamente que las páginas web chinas eran inadecuadas.
“Las páginas web chinas estaban controladas por agentes inmobiliarios que quieren que pagues un montón de dinero para ver los apartamentos ofrecidos. Era más fácil usar las páginas web de los expatriados, donde no hay tantos agentes,” expresó Song.
Finalmente, ella encontró a dos apartamentos libres a través del the Beijinger y , junto con Oyama, fueron a visitar dos apartamentos esa misma tarde.
El primer apartamento que miraron fue Dongishitiao. Mientras que era espacioso, era demasiado antiguo y a una caminata de 15 minutos de la estación de metro más cercana.
“También olía al último inquilino,” expresó Song.
Afortunadamente, el segundo apartamento resultó ser lo que estaban buscando. Situado en Nanzhugan Huton, el apartamento de 80 metros cuadrados estaba en un edificio de 4 años.
Era un apartamento de dos habitaciones, pero Walters podía usar la sala de estar durante los fines de semana. Sólo una persona había vivido allí antes y los muebles y electrodomésticos eran nuevos. El apartamento contaba con dos balcones, uno para cada dormitorio. Asimismo, estaba situado a cinco minutos de la estación de metro Chaoyangmen.
Nerviosos sobre un aumento de alquiler en Beijing, especialmente con las Olimpiadas, el trío firmó un contrato de dos años.
Según un informe de la Comisión de Reforma y Desarrollo Nacional (NDRC, siglas en inglés) en enero, los alquileres en China han aumentado un 3,1% anualmente. Los precios de las viviendas en China aumentaron un 10,2% en general, añadiendo presión sobre los propietarios para aumentar los alquileres.
Originalmente, el alquiler del apartamento en el Hutong Nanzhugan era de 3.600 yuanes al mes, pero se llevaron bien con el propietario.
“Él estaba impresionado con el hecho de que teníamos trabajos y salarios estables,” recordó Song.
Debido a que el propietario llevaba un negocio de visados, él se mostró flexible en la reducción del alquiler mensual cuando Song sugirió que podría conseguir más comercio a través de sus inquilinos extranjeros.
Él ofreció dos opciones: pagar 3.400 yuanes al mes o 3.300 yuanes al mes.
La diferencia residía en el gasto del agente, el cual a 1.800 era la mitad del alquiler indicado. A 3.400 yuanes, el dueño pagaría 600 yuanes del gasto y ellos podrían repartirse el coste del gasto del agente durante un año.
A 3.300 yuanes, el gasto era de 1.800 yuanes.
Sabiendo eso, ellos escogieron el alquiler más caro. Una vez que finalizaron las negociaciones, el trío firmó el contrato un día después de la primera visita y después de que Walters hubiese visto y dado su aprobación del apartamento.
Song eligió la habitación más grande, pagando 1.400 yuanes para más luz natural y un balcón mayor. Oyama pagó 1.000 yuanes y se quedó con la habitación más pequeña.
Pagando 1.000 yuanes al mes, Walters consiguió el sofá en la sala de estar. A él no le importó.
“Sólo me siento más feliz de saber que siempre hay un lugar para mí.”
Una semana después, a principios de diciembre, ellos se mudaron al apartamento.
Walters declaró que: “Todo ocurrió muy rápido. Dos semanas antes de finalizar noviembre habíamos decidido vivir juntos. Para diciembre, ya nos habíamos mudado.”