En 2005, el buceador croata Kristijan Curavić alcanzó a los 51 metros debajo de la superficie del Océano Ártico, y estableció el récord humano de buceo en regiones árticas.
El hoyo de cueva más profundo conocido en los Estados Unidos continentales, el Hoyo Fantástico en la Cueva de Ellison de Georgia baja 586 pies (179 metros) directamente abajo.