Este pequeño pueblo milenario en la costa de la provincia meridional de Fujian ofrece un poético y mágico entorno para muchos de los viajadores. El antiguo castillo redondo dentro del pueblo fue edificado hace 380 años por los pescadores locales en contra de los invasores exteriores. Muchas partes de los muros, que originalmente de 3 kilómetros de largo, hoy día ya quedan deterioradas. Ahora se ven tres de las cuatro puertas de la ciudad. Se han logrado conservar en perfecto estado la configuración de la antigua ciudad, las calles y las casas de hace centenares de años, lo que atraen a los curiosos visitantes. Los variables colores del mar según el cambio de la radiación del sol y las islas dispersas alrededor del pueblo forman para los turistas el gran encanto del lugar.