En el mundo hispánico, la festividad del Día de los Muertos o de los Difuntos está estrechamente vinculada al catolicismo. Es el día en que se rinde homenaje a los que ya dejaron este mundo, se visitan los cementerios, se adornan las tumbas... Esta festividad católica tuvo ya de por sí un orígen pagano en Europa. Más tarde, esta tradición religiosa, al ser llevada por los colonizadores españoles a América, fue mezclándose con las tradiciones que ya existían de muy antiguo entre los pueblos originarios americanos para honrar a los muertos; de esta mezcla sincrética nacieron las importantes festividades que se celebran hoy en países latinoamericanos como México, con un colorido muy alejado de la festividad católica original.
El Halloween anglosajón, que parece estar imponiéndose incluso en los países donde esta celebración ya existía desde antiguo, aunque con otros nombres –Día de los Muertos, Día de los Difuntos, Tosantos...- se considera una festividad originariamente celta, el festival Samhain, que conmemoraba el 1 de noviembre el Año Nuevo Celta y el día en que, según la creencia, las almas de los muertos vagaban por la tierra. Los “celtas” irlandeses llevaron esta tradición a Estados Unidos cuando emigraron. En esta festividad, vestían como almas en pena y pedían comida, bajo “amenaza” de “truco”. Desde Estados Unidos, y con Hollywood y la televisión como medios de transmisión, la fiesta ha pasado a celebrarse en muchos lugares del mundo bajo la forma puramente anglosajona, quizá impulsado por su aspecto más festivo y alegre que macabro.
A pesar de su creciente popularidad en China, el país ya tenía una fiesta idéntica, el Festival Zhongyuan Jie, que se celebra a mediados de agosto. La leyenda china afirma que en este día del calendario lunar, los espíritus de los antepasados viajan a la tierra para buscar comida y dinero. Por ello, en muchos lugares del país –especialmente en el sur- la gente deposita carne, verduras, frutas, arroz, té, etc. en las puertas de sus casas, o bien quema dinero falso y objetos de papel para que sean recibidos por sus difuntos en el otro mundo.