Jinggangshan, al sur de la provincia de Jiangxi, es considerado como la “cuna de la Revolución China” y la “primera piedra de la República Popular China”. Al ser la primera base de apoyo revolucionario en las zonas rurales del país, abrió el camino de la estrategia revolucionaria típicamente china de “utilizar el campo para rodear las ciudades y conquistar el poder por medio de fuerzas armadas”. Hasta hoy día, se conservan más de 100 vestigios de la revolución en Jinggangshan.
Jinggangshan siempre muestra su peculiar encanto por su “majestuosidad, escabrosidad, hermosura, tranquilidad y maravilla”.