Afirma la gente que algunas partes del lago son tan estrechas que uno puede escuchar lo que dicen las personas que se encuentran en la otra orilla. Pero creo que se trata de un mito popular, pues yo ni si quiera era capaz de oír lo que me decía mi amigo, debido a la multitud.
El puente de cinco pabellones, erigido sobre el lago, hace 500 años, es un símbolo icónico de Yangzhou. Desde allí se aprecian excelentes vistas elevadas del lago y resulta un sitio ideal para disfrutar de una agradable brisa.
Yangzhou es una ciudad de jardines que en determinado momento llegó a contar con más de 200 vergeles privados con diversos paisajes, un número que con el paso del tiempo se ha reducido a poco menos de 30.
Uno de los mejor conservados es el Jardín de Heyuan, antigua propiedad de la familia de He Zhidao, durante la dinastía Qing.
Con una superficie de 10.000 metros cuadrados, este intricado laberinto de jardines y edificios es un lugar en el que resulta fácil perderse y en el que se percibe alguna influencia de la arquitectura occidental, pero en general predomina el aire nostálgico de la época de finales de la dinastía Qing.
Durante la visita al jardín, sería mejor contratar un guía que pueda contar bien la historia y ayudar a apreciar mejor su belleza. Por ejemplo, el Salón del Barco fue nombrado así por su dueño, He Zhidao, porque tiene la forma de un barco y en el suelo hay azulejos con diseños ondulados.
El corredor de paso doble, de unos mil metros de longitud, pasa a través de los jardines y conecta los principales edificios.
Recorriendo el pasillo podemos ver los dormitorios, salones y estudios y de vez en cuando detenernos para disfrutar de la preciosa vista del jardín.
“¡Cómo me gustaría vivir en una casa como esta!”, escuché decir en voz alta a un niño a su madre. Entonces reflexioné y llegué a la conclusión de que a mí me gustaría vivir en una ciudad como Yangzhou.
Estábamos tan inmersos en el viaje que casi perdemos el tren de vuelta a casa.