No crea en las fotos – estos enclaves de obligada visita son tan deslumbrantes que tiene que apreciarlos en persona
Las vaporosas arenas del Parque Nacional Namib Naukluft constituyen la franja más perfecta de un desolado desierto, e incluso las fotos de las crestas azotadas por el viento le provocan la sed. Las dunas de Sossusvlei, según dicen, las más antiguas del mundo, son la mayor atracción de la reserva. Los fuertes vientos que se abren paso en el terreno han tallado colinas de hasta 300 metros de altura. Los fuertes vientos termales hacen de los globos aerostáticos una forma popular de descubrir la reserva desde un ángulo diferente. Desde el aire, el terreno ondulado asemeja las encrespadas olas de un océano naranja. Alquile un vehículo 4x4 o se perderá algunas partes.
Hay sitios para acampar en todo el parque excepto en la bahía Sandwich, donde está prohibido. Visite el sitio web: www.namibweb.com.
En un país tan increíblemente grande, no es una sorpresa que todo lo del
Parque Nacional Banff tenga dimensiones gigantescas: los zorros son más zorros, los osos más pardos y los alces pueden confundirse con autobuses escolares peludos. La idílica región se descubrió en los años de 1800, durante la construcción de la línea férrea Pacífico de Canadá e inmediatamente fue transformada en reserva natural. Sobre un área de 6,641 kilómetros cuadrados, el parque es un corredor natural de las aparentemente impenetrables Montañas Rocosas. Con frecuencia se agasaja al visitante con un desfile de las iónicas bestias de Canadá. En Banff, uno recibe literalmente abrazos de oso.
Amante de los trenes o no, el Rocky Mountaineer es la mejor manera para salvar éste páramo; reserve en www.purewest.com. Para mayor información sobre el parque visite el sitio web www.banff nationalpark.com.