(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Hasta hace pocos años, los habitantes de las islas del archipiélago de Zhoushan, cercano a la bahía de Hangzhou, en la provincia de Zhejiang, dependían de los ferrys para llegar al continente. Durante todo ese tiempo, el desarrollo de las islas del archipiélago, que alberga uno de los puertos marítimos más importantes de la zona, estuvo subyugado a esa relativa dificultad en las comunicaciones y al aislamiento. La idea de comunicar el archipiélago con el continente se hacía necesario.
El 26 de septiembre de 1999, las autoridades centrales y locales dieron luz verde al proyecto del Gran Puente de Zhoushan, una obra que se aventuraba faraónica por la longitud y el desafío técnico que suponía para los ingenieros chinos.
El proyecto recogía un total de cinco puentes interconectados que, partiendo de la propia isla de Zhoushan, atravesaban otros territorios insulares del archipiélago, en concreto las islas de Lidiao, Fuchi, Cezi y Jintang, para alcanzar finalmente el continente a la altura de Ningbo, todo ello sumando una longitud total que alcanza los 48,16 kilómetros de largo, convirtiéndolo en la mayor estructura de su tipo en el mundo.