Fundada hace más de 2200 años, Hangzhou se halla en la costa sudoriental. Según un dicho chino, "En el cielo hay un paraíso y en la tierra está Hangzhou", lo que da una idea de la belleza de esta ciudad. Quien visite Hangzhou no puede dejar de recorrer la calle Hefang, que discurre al pie de la colina de Wushan y forma parte de la zona del lago Xihu, paraje turístico para el que se ha solicitado su inclusión en el Patrimonio Mundial. Méritos no le faltan, puesto que se trata de una calle cargada de historia y cultura.
La calle Hefang ocupa una superficie de 136 000 metros cuadrados y mide 460 metros de largo y 12 de ancho. En tiempos de la dinastía de Song del Sur, hace más de 880 años, Hangzhou, capital del imperio, era un bullicioso centro cultural y comercial. Los edificios de la calle Hefang han preservado en cierta medida su antiguo aspecto, cuya mejor plasmación son las casas de madera y tejas negras. A ambos lados se alinean restaurantes, casas de té, farmacias, sederías así como tiendas de recuerdos y artesanía. Escuchemos a continuación a la señora Shan Xianping, del Comité Administrativo de la Calle Hefang:
"Siempre organizamos actividades con motivo de las fiestas. Por ejemplo, del 1 al 15 del primer mes del calendario lunar chino, es decir, durante la Fiesta de la Primavera, celebramos romerías y otras actividades. En el octavo día del duodécimo mes lunar, día de los sacrificios de invierno, organizamos actividades festivas que reflejan la cultura tradicional y las costumbres de nuestro país. Quienes nos visitan en estas fechas llegan a conocer más a fondo la esencia de nuestra milenaria cultura".
El personal de las casas de té, ataviado con túnicas tradicionales, sirve esta bebida con teteras de cobre que tienen un pitorro sorprendentemente largo; el dueño de una tienda de tejidos hila para los clientes utilizando un antiguo torno de hilar; mientras tanto, un vendedor ambulante de figurillas de maltosa vestido con una túnica llama la atención de los posibles compradores agitando una especie de sonajero.
La entrada de la calle está presidida por un conjunto escultórico en bronce formado por una estatua del Buda Maitreya y más de un centenar de niños en diferentes posturas. Los turistas hacen cola para tomarse fotos ante esta obra de Zhu Bingyuan, con la esperanza de poder mantener siempre en sus labios la sonrisa de este buda.
Uno de los establecimientos de la calle Hefang más conocidos entre los chinos es la farmacia Baohetang, famosa desde muy antiguo por sus recetas y tratamientos gratis. Otra farmacia de gran prestigio es Huqingyutang, fundada en 1874 por el célebre comerciante Hu Xueyan. Su recinto, representativo del estilo de la provincia de Anhui, ocupa más de 4000 metros cuadrados y se mantiene en buen estado de conservación. Escuchemos de nuevo a la señora Shan Xianping:
"En esta farmacia hay cuarenta y ocho letreros tallados en madera de gingko, un material muy resistente a las polillas, en los que se explican las características de los productos mejor vendidos. Guiados en todo momento por la honestidad, los responsables de esta farmacia siempre han perseguido las estafas. Fijémonos un momento en su letrero. Si se lee de derecha a izquierda, significa que el precio de una misma sustancia medicinal debe ser siempre el mismo; y si se lee de izquierda a derecha, significa que si una misma sustancia se vende a un precio diferente no es genuina".
La calle Hefang se caracteriza no solo por sus construcciones sino también por la increíble variedad de tentempiés que se sirven en ella, entre los que sobresalen los heredados de la dinastía Song del Sur, los de arroz glutinoso con forma de luna y los elaborados con harina de raíz de loto. Los vendedores ambulantes que pregonan sus productos atraen a numerosos clientes. Uno de ellos ofrece tortillas de Wu Da Lang, célebre personaje de la novela clásica A la orilla del agua:
"La calle Hefang es larga y la gente pasea por ella alegremente. Amigos paseantes, mírenme ustedes: soy Wu Dalang, conocidísimo por mantener a mi esposa Pan Jinlian. A pesar de ser bajito y más bien feo, logré casarme con una mujer bella como un hada y me siento muy orgulloso de haberme enriquecido a base de mi diligencia".
Mientras saborean las tortillas de este supuesto Wu Dalang, los turistas contemplan embelesados la singular pericia de los artesanos que moldean figurillas de arcilla, crean esculturas de cerámica, confeccionan tejidos con hojas de plantas, etcétera. Ji Changyi es un artesano jubilado de 75 años al que el Comité Administrativo de la calle Hefang ha invitado a seguir trabajando aquí en reconocimiento a su habilidad para modelar figurillas de maltosa.
"Llevo seis años trabajando aquí, pero me he dedicado a la artesanía desde que era niño. Sé hacer cientos de figurillas distintas. Entre mis clientes hay niños, adultos y hasta amigos extranjeros. Llevo cincuenta y cinco vendiendo este tipo de figurillas".
La cultura y el ambiente histórico de la calle Hefang atraen a turistas de todo el mundo. Wei Chenghe, un señor chino residente en Malasia, elogiaba así la concentración de cultura, comercio, arquitectura y vida cotidiana que brinda esta calle:
"Es la primera vez que paseo por esta calle y la verdad es que su belleza y la atmósfera de la antigua China que se respira en ella me han sorprendido gratamente. Como profesor de chino, esta visita me está ayudando mucho a conocer mejor la historia de nuestro país. Al pasear por esta calle, tengo la sensación de encontrarme en una antigua novela de artes marciales. He comprado varias piezas de artesanía hechas con papel y debo admitir que son geniales. Espero poder invitar algún día a mis familiares a visitar este lugar, porque así tendrán la oportunidad de conocer importantes aspectos de la cultura tradicional china. Las construcciones y artesanías que he visto en esta calle me han causado una profunda impresión. Me fascina mirar cómo trabajan los artesanos y me parece admirable que se conserven estas espléndidas habilidades artesanales".
El Comité Administrativo de la calle Hefang ha puesto en marcha un plan para transformarla en una calle comercial y turística que atraiga no solo a población local sino a los turistas.