Esta sede se encuentra en la montaña
Longgu de Zhoukoudian, en el distrito de Fangshan, Beijing. A
principios del siglo XX hizo fama debido a la exhumación de un
fósil de homónido relativamente completo. Luego, en 1929, el
descubrimiento de un primer cráneo del Hombre de Beijing sentó
cimientos sólidos para apoyar la suposición de la existencia de
éste, deviniendo un mojón en los anales del estudio
paleoantropológico. Hasta el momento, entre los fósiles de huesos
humanos desenterrados se cuentan seis cráneos, 15 mandibulares, 157
dientes y otros fragmentos de huesos, en representación de 40
individuos, los cuales son objetos reales para estudiar la
bioevolución temprana de la especie humana y su desarrollo
cultural.
Según el estudio de los sedimentos
culturales, el Hombre de Beijing vivió entre 700.000 y 200.000 años
atrás. El volumen de su cerebro medía 1.088 mm en promedio (1.400
mm en el caso del hombre moderno), y se estima que el varón era de
156 cm de estatura, y la mujer, de 150 cm. El Hombre de Beijing, de
la edad de piedra, sabía labrar implementos de este material, y los
procesaba martillando, golpeando o perforando. Era el primer grupo
humano en usar fuego y también capaz de capturar fieras grandes.
Pero su vida era corta. Según estadísticas, 68,2% moría antes de 14
años de edad y menos de 4,5% vivía más de 50 años.
En 1930, en la cima de la montaña
Longgu, se extrajeron fósiles de humanos de hace 20.000 años, de
ahí su denominación: “Hombre de la cueva en la cima de la montaña”.
Y en 1973 se descubrió el “Nuevo hombre de la cueva”, sucesor del
“Hombre de la cueva en la cima de la montaña”.
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