El encanto del Hutong y Siheyuan en Beijing

 

Al llegar a la moderna ciudad de Beijing, lo que le interesa a la gente no son los numerosos rascacielos y anchas carreteras, sino los zigzagueantes Hutong, profundos y tranquilos que se entrecruzan en toda la ciudad, y en la vida popular de Siheyuan.

En la antigüedad en Beijing, los Siheyuan se construyeron uno al lado del otro, formando así hileras paralelas y las callejuelas que separan los Siheyuan se llaman Hutong.

En la capital china hay miles de Hutong distribuidos alrededor de la Ciudad Prohibida (Palacio Imperial), la mayoría de los cuales aparecieron en las dinastías Yuan (1206-1368), Ming (1368- 1644) y Qing (1644-1911).

De acuerdo con la planificación urbana de hace 800 años, el Hutong tenía una anchura de 9.24 metros para facilitar la iluminación natural y el tráfico. Pero con el paso del tiempo, los descendientes construyeron sus casas en descampados entre las dos filas de Siheyuan, formando así numerosos Hutong pequeños.

Según los datos históricos, se registraron más de 900 Hutong en la zona central en la dinastía Ming, y la cifra subió a 1,800 en la dinastía Qing. Hoy día, hay más de 4,000 Hutong en la capital china.

El nombre de Hutong engloba una nomenclatura diversa, desde órganos de gobierno, palacios y templos, hasta almacenes y talleres, puentes, ríos, mercados, apellidos de personas y paisajes naturales. Por ejemplo, Caishikou Hutong (mercado de verduras), Yueguang Hutong (luz de la luna), Guanyin Hutong ( Templo de Guanyin) y Laba Hutong (Trompeta), etc. Algunos de ellos todavía se utilizan en la actualidad. Los nombres de Hutong son como una enciclopedia que reflejan tanto la evolución histórica como las costumbres folclóricas de Beijing.

En los Hutong se encuentran las familias beijinesas, a las que les encanta la comodidad que supone vivir en una Siheyuan, pues dicen: el cielo arriba y el suelo abajo, ambos te pertenecen. Si uno se sienta en el patio, la gente viene a charlar con él. Son de diferentes edades y de variadas profesiones. El patio es un buen lugar para charlar, jugar y a veces entonar a viva voz algún párrafo de la ópera de Beijing.

A diferencia de la vida cerrada de un edificio, las familias conviven armoniosamente en el Siheyuan y se ayudan entre sí. Si a una familia le falta cebolla para preparar la cena, puede ir a pedirla a la cocina vecina; si una familia prepara empanadas, los niños de todo el patio vienen a probarlas; si la lluvia daña el techo, todos ayudan a repararlo.

Esta es la razón de que muchos turistas extranjeros se interesen por los Siheyuan.

(30/07/2004)

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