Estas casas, que comenzaron en el siglo XII, concuerdan con lo que
exigía el sistema de clan feudal y constituyen la forma de vivienda
tradicional de Beijing.
Nos referimos a aquellas casas que
tienen habitaciones en los cuatro lados (norte, sur, este y oeste),
que aparecen estrictamente distribuidas y circundadas de patios
cuadrilaterales, así que los moradores pueden sentirse cómodos y
tranquilos y los abuelos, los hijos y los nietos pueden ocupar
habitaciones propias cada uno para su conveniencia.
Anteriormente, los beijineses eran
muy quisquillosos en escoger vivienda. La gente decía: “Los ricos
no gustan de habitaciones que dan al oeste ni al norte porque son
frías en invierno y calientes en verano”. En fin, todo el mundo
prefería habitaciones que daban al sur y patios bien cuadrados.
Tampoco les gustaban las gradas que bajaban adentro, pues decían
que eso era “saltar a una fosa”. En los viejos días corrían entre
los beijineses este dicho: “Más vale vivir delante del templo que
detrás, y en el lado izquierdo que en el derecho”. Y entre otras
cosas, estaba prohibido plantar ciprés y álamo en el patio, ya que
eran árboles para las tumbas.
Hoy en Beijing, hay tres tipos de
casas con patios cuadrados: grandes, medianas y pequeñas.