Científicos brasileños concluyeron que el ejercicio mejora la actividad cerebral de ancianos con depresión, por tanto su práctica puede ser utilizada como terapia, informó hoy la Fundación de Apoyo a la Investigación en el Estado de Río de Janeiro.
Las mediciones con aparatos de electroencefalografía demostraron que los estándares de las ondas cerebrales de los ancianos tienen cambios positivos tras la práctica de ejercicios, destacó la fundación que financió parte del proyecto.
El estudio fue realizado por investigadores del Instituto de Psiquiatría de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de la Escuela Nacional de Salud Pública de la Fundación Oswaldo Cruz, centro de investigadores vinculado al Ministerio de Salud.
Se trata de la primera investigación en el mundo que demuestra científicamente los beneficios de los ejercicios en el tratamiento de la depresión en ancianos, destacó la organización.
El estudio midió durante un año las ondas cerebrales de 20 ancianos sedentarios con diagnóstico clínico de depresión unipolar, una enfermedad tan común que llega a afectar 20 por ciento de la población mundial en esa edad.
"Los pacientes que participaron del proyecto sufrían de depresión mayor, caracterizada por sentimientos constantes de tristeza, pérdida de ánimo y de placer. Todos eran tratados con medicinas convencionales en el Instituto de Psiquiatría de la UFRJ", explicó la investigadora Andrea Deslandes, coordinadora del proyecto.
Los 20 voluntarios fueron divididos en dos grupos, uno de los cuales fue incentivado a realizar ejercidos físicos semanales asistidos y el otro a permanecer sedentario.
"Los pacientes del primer grupo comenzaron a realizar caminatas de 30 minutos dos veces por semana, además de tomar antidepresivos. El segundo grupo apenas tomó los remedios", agregó Deslandes.
Todos los pacientes fueron sometidos a exámenes de electroencefalografía antes del inicio del proyecto y a un año de tratamiento para comparar los estándares de las ondas cerebrales.
"Los resultados con el grupo que hizo ejercicios fueron alentadores. Los síntomas de la depresión disminuyeron. Inmediatamente después de la realización de los ejercicios también notamos reducción de la ansiedad", dijo la especialista.
"Hubo mejoría en la capacidad funcional, aumento de la actividad cortical y cambios positivos en los estándares de las ondas cerebrales", frente al grupo que no realizó los ejercicios, agregó.
La investigadora señaló que la mejoría en algunos de los pacientes que realizaron ejercicios fue tal, que sus psiquiatras redujeron las medicinas recetadas.
"El ejercicio físico realmente es eficiente en el tratamiento adicional de la depresión en ancianos", concluyó Deslandes.
Los investigadores ya iniciaron un nuevo proyecto para comparar los efectos de tres diferentes tipos de ejercicios, en el bienestar de los ancianos con depresión.
"Un grupo realizará caminatas, otro ejercicios para fortalecer los músculos y el tercero estiramiento. El objetivo es investigar si las actividades aeróbicas son la terapia más efectiva para reducir los síntomas de la depresión", añadió la investigadora.
Otro estudio intentará establecer los efectos de la actividad física en el cerebro de pacientes de tercera edad que sufren enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer y Parkinson. Fin