Nuevos datos de satélite han revelado que los controles de polución del aire durante los Juegos Olímpicos de Beijing tuvieron un impacto positivo e hicieron disminuir drásticamente los agentes contaminantes, según informaron ayer científicos estadounidenses.
Durante los dos meses en los que se realizaron las restricciones de polución en el aire, los niveles de dióxido de nitrógeno en el aire de Beijing descendieron en torno a un 50 por ciento, según indicó Jacquelyn Witte, una científica de la atmósfera procedente de la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA), en la reunión de otoño de la Unión Geofísica Americana que se celebró en la ciudad de San Francisco.
El dióxido de nitrógeno constituye un gas nocivo que resulta de la combustión del petróleo, principalmente en los vehículos, camiones y centrales eléctricas.
El análisis de los datos procedentes de los satélites Aura y Terra de la NASA también mostró que los niveles de monóxido de carbono en el aire de Beijing se redujeron en un 20 por ciento durante dicho período, indicó Witte.
Witte y sus colegas esperaron que a la larga puedan emplear los datos de satélite para evaluar y refinar modelos locales y regionales para predecir cómo responden los niveles de polución a los cambios en las emisiones.
Modelos como esos son importantes para entender el sistema integrado de la Tierra y ayudar a los políticos a adoptar medidas destinadas a reducir la contaminación.
Pese a que sus modelos están lejos de ser perfectos, los procedimientos, que han servido para aclarar lo que ocurrió en Beijing durante los Juegos Olímpicos, tienen la capacidad de detectar los cambios de emisiones y mejorar los modelos de todo el mundo, según los científicos.