El club Deportivo Quito recibió hoy con fiesta, en el estadio olímpico Atahualpa, el título de campeón ecuatoriano de fútbol tras una espera de cuarenta años.

La fiesta quiteña en la última jornada del torneo nacional no fue completa, pues el flamante campeón perdió por 1-0 ante el Deportivo Cuenca, aunque ese resultado no le importaba, pues ya había conseguido la corona el pasado miércoles.

Los directivos de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, que preside Luis Chiriboga, premiaron a los jugadores, cuerpo técnico y directivos del Quito en la cancha del Atahualpa, tras la brillante campaña al mando del entrenador Carlos Sevilla.

Chiriboga, ex presidente de Deportivo Quito, entregó las medallas y la copa a los jugadores, que luego dieron la vuelta olímpica ante los cánticos de los fanáticos desde las tribunas, celebración que coincide con las fiestas de la capital ecuatoriana.

Mientras los quiteños celebraban el título, Deportivo Cuenca lo hizo por clasificarse a la fase de repesca de la Copa Libertadores, después de remontar una pésima campaña que mantuvo al cuadro en los últimos puestos de la tabla de posiciones.

Los aficionados del cuadro cuencano no se imaginaron que se iba a recuperar de la mano del entrenador ecuatoriano Paul Vélez, que los sacó de los últimos puestos donde lo dejó en octubre el argentino Gabriel Perrone, actual técnico del Emelec de Guayaquil. Fin