Cuando el presidente Bush se enteró de que su hija tenía la intención de seleccionar a Phelps como novio, no sólo manifestó con agrado su consentimiento sino que expresó que él mismo también consideraba que ese joven es muy simpático. Para materializar el sueño de su hija, Bush actuó personalmente como “casamentero”. Se dice que el 10 de agosto Bush y su esposa Laura acudieron junto con su hija Barbara al “Cubo Acuático” para contemplar la competición de Phelps en la final del estilo combinado individual de 400 metros. Barbara prestó suma atención al evento. Cuando Phelps ganó el primer puesto, la muchacha y su padre se levantaron y vitorearon agitando con ánimo la bandera nacional. Tan pronto terminó la competición Bush se ofreció a dar felicitaciones a Phelps y le presentó a su hija.
De acuerdo con informaciones, luego de que Phelps se adjudicara 8 medallas de oro, Bush, sin poder reprimir su alegría, le invitó para ir en septiembre en calidad de huésped a la Casa Blanca. Además Bush le sugirió que su hija Barbara le acompañara durante su estancia en la sede presidencial.