El referido castigo al Atlético de Madrid obligaba al equipo a disputar sus partidos a 300 kilómetros de la capital española.
La multa de 150 mil euros impuesta al conjunto se debió al comportamiento impropio de sus seguidores, quienes habrían lanzado gritos racistas contra los jugadores del equipo de Marsella.
No obstante el aplazamiento, fuentes del club madrileño dijeron que la sanción sigue su curso y todas las alegaciones posibles tendrán lugar el próximo 31 de octubre en la sede de la UEFA en la ciudad suiza de Nyon.