Beijing, ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos, reabrió ayer jueves una de sus áreas comerciales más antiguas, la calle Qianmen, como su última atracción turística y cultural y a sólo un día de la inauguración de las Olimpiadas.
Tras una renovación total que ha durado más de un año, la calle Qianmen, ubicada en el corazón de la capital china, fue reabierta a los visitantes ayer. Una decena de famosos negocios locales originados de Qianmen en el siglo pasado, entre ellas, el restaurante de pato laqueado Quanjude y la aasa de té Zhangyiyuan, también fueron reabiertos en la calle el mismo día.
Junto con la Gran Muralla y la Plaza Tiananmen, la calle Qianmen es uno de los lugares de visita obligada, tal y como recomiendan numerosas guías turísticas.
Qianmen va a presentar el patrimonio histórico y cultural de Beijing a los turistas de todo el mundo, lo que corresponde con el espíritu olímpico para promover los intercambios culturales y el entendimiento mutuo, explicó Wang Chengguo, portavoz del gobierno del distrito de Chongwen donde se encuentra la calle.
La calle comercial Qianmen, localizada en el eje central histórico de Beijing, al sur de la Plaza Tiananmen y la Ciudad Prohibida, tomó forma hace 570 años y alcanzó su apogeo en los años 20 y 30 del siglo pasado, engalanada de restaurantes, teatros, tiendas de seda y casas de té. La calle siguió siendo una famosa área de compras antes de los trabajos de renovación del año pasado.
La calle fue cerrada para el proyecto de renovación desde el mayo de 2007, cuando los edificios viejos fueron demolidos y la superficie de la calle fue pavimentada de nuevo, mientras que una línea de tranvía fue reconstruida después de ser suspendida en los años 60.
Sin embargo, la línea de tranvía no va a operar en esta calle de 840 metros durante los Juegos, ya que los competidores del maratón pasarán por Qianmen, según dijo Wang.