El chino Yang Wei es el dueño del récord más valioso en la historia de las pruebas de gimnasia de los Juegos Asiáticos, y ahora su meta más codiciada es dejar atrás la auténtica "tragedia ateniense" de hace cuatro años y ofrecerle a la fanaticada local la medalla de oro en la prueba combinada en los Olímpicos de Beijing.

Todas las miradas estarán sobre él, ganador indiscutido de los ejercicios combinados en los dos últimos campeonatos mundiales, en una disciplina en la que los anfitriones esperan sacar la mayor ventaja de su localía contra retadores de la talla de Estados Unidos, Japón, Rusia y Rumanía.

A la hora de saltar a la pista del Estadio Cubierto Nacional en la capital de su país, Yang estará en el mismo nivel del estadounidense Paul Hamm, el japonés Hiroyuki Tomita, y el alemán Fabian Hambuechen, todos con la mira puesta en el más codiciado de los títulos individuales.

Con el respaldo de su público, Yang confía en que podrá borrar su agridulce pasado olímpico y subir a lo más alto del podio.

"Competir en suelo propio sin duda te genera una gran presión, y yo creo que podré convertir esa presión en motivación", sostiene, y agrega una advertencia: "Pase lo que pase, en Beijing voy por el oro".

Veterano en el deporte a pesar de su juventud, a los 28 años Yang se ha coronado campeón mundial en ocho ocasiones, e hizo parte del equipo masculino que se impuso en Sídney 2000, pero no ha tenido suerte cuando se trata del oro olímpico individual.

Para la muestra el botón de Atenas, cuatro años atrás. Yang llegó a estar tan cerca pero terminó tan lejos de la presea dorada en la prueba combinada. Era el líder después de superar cinco aparatos, pero su sueño se desplomó junto con él desde la barra fija, el último aparato.

Yang terminó séptimo, y Hamm obtuvo una victoria dramática debido a una falla de cálculo de uno de los jueces.

El estadounidense, quien regresa después de dos años y medio alejado del deporte, debe dedicar gran parte de su atención a su mano derecha, la cual se fracturó recién en mayo, mientras que Tomita, campeón mundial en 2005, ha tenido dificultades para recuperar su acostumbrado nivel. Por su parte, Yang anunció su regreso, con hechos, en los últimos dos años.

El momento estelar vino en 2006, cuando se hizo al título en las barras paralelas, los ejercicios combinados, y la prueba por equipos en el Campeonato del Mundo que tuvo lugar en la ciudad danesa de Aarhus. Y al año siguiente, el estelar deportista chino se sobrepuso a otra espectacular caída desde la barra fija para ganar su segundo título mundial consecutivo en la prueba combinada, esta vez en Stuttgart, Alemania.

Fue apenas la segunda ocasión en la historia en que un gimnasta revalidó el campeonato mundial en la modalidad más exigente de esa disciplina, hito que estaba vigente desde 1926, cuando el yugoslavo Peter Sumi repitió su triunfo de cuatro años atrás.

"El oro en las paralelas de 2006 fue el primer título mundial que gané en eventos individuales", comenta Yang. "Fue mucho más que una medalla de oro, fue un importante impulso para mi confianza y seguridad, que me será de gran utilidad durante los Olímpicos de Beijing", añade.

El múltiple campeón mundial empezó a ganar en 1998, cuando terminó primero en los ejercicios de suelo de los Juegos Asiáticos de Bangkok. Posteriormente, en la Olimpíada de Sídney, se colgó la presea de plata del concurso completo.