La antorcha de los Juegos Olímpicos Beijing 2008 continuó hoy con su recorrido por la meridional provincia china de Guangdong, esta vez en la ciudad de Shenzhen, conocida como "la ventana de la reforma china".
La que será sede de las Olimpíadas Universitarias (Universiade) de 2011 fue la octava etapa del relevo de la tea en territorio de la parte continental de China. Como la primera Zona Económica Especial (ZEE) del país, escogida por el fallecido líder Deng Xiaoping, Shenzhen ha crecido a lo largo de los últimos 30 años, pasando de ser un pequeño poblado fronterizo a ser una moderna ciudad con marcada influencia internacional.
El inicio del recorrido fue retrasado hasta el mediodía con el fin de que el público pudiera centrar toda su atención en el ascenso de la llama olímpica a la cima del Monte Qomolangma ( Everest). Sin embargo, la ruta establecida, de más de 40 kilómetros y que se originaba en la Plaza del Centro Cívico, no fue recortada.
La llama arribó a la cumbre de la montaña más alta del mundo por primera vez en la historia alrededor de las 09:00 horas, en las manos de un experimentado equipo de alpinistas chinos.
El relevo en Shenzhen comprendió pasos por lugares de particular importancia, como el Jardín Botánico, el Parque de Ciencia y Tecnología, el Parque Costero del Bosque Rojo, y el Complejo Deportivo de Futian, entre otros.
Xiao Junfeng, medalla de oro en gimnasia en la Justa Olímpica de Sydney 2000, fue el encargado de dar inicio al desfile.
"Tomar parte en el relevo me hace recordar el momento en que ganamos la medalla olímpica en Australia", dijo el deportista, que hace ocho años estuvo acompañado en el podio por Yang Wei, Xing Aowei, y Li Xiaopeng, con quienes conformó el equipo chino de gimnasia masculina.
"Los Olímpicos de Beijing son un campo de competencia en la puerta de nuestra propia casa. Creo que el equipo de gimnasia está en capacidad de entregar buenos resultados, pues ya han dado muestras de su talento en los campeonatos mundiales", agregó.
Entre los portadores de alto perfil también figuró Wang Shi, presidente de la junta directiva del gigante inmobiliario chino Vanke, y quien ha escalado varias de las elevaciones más altas del mundo, entre ellas el propio Everest.
Sin embargo, la antorcha también estuvo en las manos de personas del común, como un profesor de una escuela para niños discapacitados y una trabajadora inmigrante.
El recorrido culminó hacia las 18:00 horas, cuando Wang Qihong, quien se moviliza en una silla de ruedas, encendió el pebetero ceremonial en el Gimnasio de Shenzhen.
Wang, ex campeona nacional de gimnasia artística, perdió sus piernas hace varios años a causa de un cáncer en los huesos. Sin embargo, su condición no la ha alejado del deporte, y en la actualidad se desempeña como entrenadora.
Shenzhen fue establecida como ZEE en 1979 debido a su proximidad con Hong Kong con el fin de que fuera un experimento de capitalismo en el "socialismo con características chinas". La ciudad es hoy un importante centro de inversión extranjera, y durante las tres últimas décadas ha experimentado una de las ratas de crecimiento más aceleradas del mundo, convirtiéndose además en el puerto más activo de la parte continental después de Shanghai.
Además de servir como modelo para las cuatro ZEE que fueron establecidas posteriormente, se convirtió en una de las ciudades más grandes en el delta del río Perla, uno de los motores económicos de China y la base de manufacturas más grande del mundo.
Mañana viernes la llama recorrerá las calles de Huizhou, la tercera escala de su relevo a través de Guangdong.