Un artículo de la columna especializada de Wall Street Journal sobre la razón por la cual el Templo Shaolin se niega a participar en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, considera que se está discutiendo todavía ampliamente en China acerca del objetivo de la práctica de las artes marciales.
Entre las armas de Wushu de Shaolin hay una tradicional, llamada “pala fácil”, que aunque pesa 10 Kg., el gran maestro Shi Dechao la agita como si se tratase de la batuta de un director de una banda de músicos. Mientras tanto su “boxeo de línea de hierro” se realiza tan rápido como un relámpago y suena como el viento. Uno puede sentir su plena fuerza interna desde sus gritos.
Sin embargo, en el Templo Shaolin de Songshan, que tiene ya 1.500 años de historia, Shi Dechao y la mayoría de los monjes se han excusado de tomar parte en la competición deportiva marcial de mayor escala durante las Olimpiadas, que tendrá lugar en Beijing el próximo año.
En este encuentro se concederán medallas de forma independiente, pero la decisión del mítico monasterio ha armado un gran alboroto en China, por lo que la gente vuelve a discutir el choque en contradicción familiarizado en la película. ¿Sirve el Wushu para la autocultivación, o se trata de habilidades de lucha, o incluye ambos?
Pese a que el budismo Chan y el Wushu son incompatibles aparentemente, se han unido en realidad desde hace mucho. Se dice que el fundador del Chan, el monje Da Mo (Bodhidharma), teniendo en cuenta la salud de sus discípulos, que permanecían sentados mucho tiempo, les transmitió 18 tipos de habilidades de artes marciales, iluminadas principalmente por los movimientos de los animales, de los cuales nació Yi Jin Jing, (clásico de la Transformación del Músculo/Tendón), de Shaolin.
Varios centenares de años atrás, estos budistas, retirados del mundo, defendieron en alguna ocasión su Templo recurriendo a la fuerza. No obstante, no era su primer propósito el empleo de ésta. Conforme a los mandamientos budistas, se debe mostrar sólo la habilidad marcial, siempre y cuando la muerte pueda llegar de un momento a otro.
Hoy en día, frente a la competición en los Juegos Olímpicos, la contradicción de los monjes consistente en “la meditación y la práctica de las artes marciales” ha sido llevada al escenario del siglo XXI.
El abad de Shaolin, Shi Yongxin, explicó que los monjes de este templo se dedican al adiestramiento, apoyados en la comprensión de las doctrinas de Chan y el amor a Shaolin. Pero los atletas lo hacen con el fin de ganar el honor. Así la diferencia evidente.
Hasta la fecha, en China y el resto del mundo más de 60 millones de personas practican el Wushu y su objetivo sigue siendo un tema de discusión delicado.
Kang Gewu, secretario general de la Asociación de Artes Marciales de China, consideró que Shaolin es simplemente un monasterio, mientras que el Wushu tiene una larga historia. Mucho antes de la construcción del templo, los chinos ya habían comenzado a ejercitar las artes marciales. A sus ojos, el Wushu es un deporte y no una cultivación religiosa.
Refiriéndose a Shaolin, explicó que mantener su imagen de centro del Wushu le ayuda tanto a ampliar su influencia como a resolver los gastos que necesita.
Al conceder la entrevista, Shi Yongxin no dejó de mirar su celular. Dijo que realmente no son muchos los ingresos de las actividades turísticas como piensa la gente. Lo que hace el Templo Shaolin es difundir la concepción de Chan y el espíritu de fraternidad.