spanish.china.org.cn | 26. 04. 2022 | Editor:Teresa Zheng | Texto |
Madre en Shanghai asegura que la cuarentena ha mejorado las relaciones entre vecinos
Cui es una madre que vive en un complejo residencial en Songnan en el distrito de Baoshan, Shanghai.
En marzo de este año, un nuevo brote de la variante ómicron azotó repentinamente la ciudad de Shanghai generando pánico. Su condominio cerró sus puertas a partir del primero de abril.
Productos distribuidos en el condominio de Cui. (Foto cortesía de la entrevistada).
En medio del encierro, el mayor desafío son las provisiones y las necesidades básicas diarias. Cui apuntó que como residente de Shanghai agradece al Gobierno distrital de Baoshan su atención hacia los vecinos. Hasta el 21 de abril, habían recibido en 7 ocasiones paquetes gratuitos de productos de primera necesidad y suministros de prevención como arroz, harina, aceite, carne, verduras, tabletas de vitamina C, mascarillas y alcohol, entre otros; así como donaciones de provincias y regiones autónomas como Shandong, Jiangsu, Yunnan, Xinjiang y empresas locales como Weimob. “Nunca nos ha preocupado la escasez. La ayuda material ha llegado desde diferentes regiones, organizaciones y personas a nivel nacional, tanto que nos ha conmovido”, dijo Cui.
Voluntario con traje protector asiste a residentes en las pruebas PCR. (Foto cortesía de la entrevistada).
Como debe cuidar a su hijo, Cui no ha podido ofrecerse de voluntaria en su edificio. Sin embargo, como parte de la comunidad, despliega esfuerzos en la lucha contra la pandemia. Para ella, los funcionarios comunitarios y voluntarios son los verdaderos héroes de esta batalla. Gracias a ellos, el complejo ha mantenido el orden. El cansancio no les impide llevar arroz, aceite y otras provisiones a las familias, asegurando sus necesidades básicas durante el encierro.
Personal de salud de la provincia de Jiangsu realiza pruebas PCR a residentes del condominio. (Foto cortesía de la entrevistada).
Además, los voluntarios están a cargo de organizar los descartes. Cuando los vecinos esperan en fila, les hablan por los altavoces para animarlos.
Voluntarios entregan donaciones a un adulto mayor que vive solo. (Foto cortesía de la entrevistada).
Shanghai es la ciudad con el mayor número de ancianos en China. Existen más de 5,3 millones mayores de 60 años y entre ellos 3 millones viven solos.
En el edificio de Cui, hay 7 u 8 adultos mayores que viven solos. Considerando la posible escasez de suministros durante la cuarentena, los vecinos organizaron donaciones para ellos. La comunicación es por WeChat y los voluntarios reciben los paquetes. En menos de una hora, recogen huevos, leche, jiaozi, fideos, pañuelos desechables y otros artículos para luego repartirlos entre los vecinos de mayor edad.
Donaciones recibidas por los voluntarios. (Foto cortesía de la entrevistada).
“Durante este periodo, la solidaridad vecinal está a flor de piel. Te regalo un paquete de fideos de arroz, me ofreces un té con leche; te doy cebollín, me das una cabeza de ajo… Para respetar las normas de prevención y evitar el contacto directo, todas las familias cuelgan una bolsa en sus puertas. Si alguien necesita algo, lo pide en el grupo y lo solicitado aparece en la bolsa”. Esto emociona mucho a Cui: “Nuestro complejo es una gran familia solidaria. La pandemia ha mejorado las relaciones entre los vecinos”.
Al final de la entrevista, Cui reiteró que la gente debe ser racional con la información negativa en las redes sociales y no creer o difundir rumores. “Personalmente agradezco mucho a los héroes anónimos a nuestro alrededor, a los héroes comunitarios y a los profesionales de la salud que luchan en primera línea. Aunque me encuentro en una zona afectada, nunca me he preocupado o he sentido miedo. Por el contrario, la solidaridad y las anécdotas conmovedoras nos han llenado el corazón de agradecimiento. La pandemia me ha hecho sentir el poder de nuestro país y las virtudes tradicionales de la nación china como la ayuda mutua y el gran amor sin discriminación ni divisiones entre regiones”.