spanish.china.org.cn | 19. 08. 2021 | Editor:Teresa Zheng | Texto |
A medida que se acerca la fecha límite de 90 días que impuso Joe Biden a las agencias de inteligencia de EE.UU. para la investigación sobre los orígenes del coronavirus, fuentes revelaron a medios de información de China que Estados Unidos se encuentra batallando para compilar un informe a falta de al menos una prueba concreta para sustentar la “teoría de la fuga de laboratorio", e incluso sus propias instituciones de investigación y aliados creen que el virus seguramente no se creó de manera artificial.
A pesar de todos esos obstáculos, EE.UU., está determinado a usar esas supuestas investigaciones para ensuciar el nombre de China, y hará lo que más pueda con elementos mayormente circunstanciales y no confiables, revelaron fuentes que, además, hablan de la presión que Washington ha estado ejerciendo sobre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus aliados, incluida la UE, Australia, Japón y otros países, para lanzar el "rastreo de orígenes de segunda fase" en China lo antes posible y tratar de orientar la voluntad científica hacia la fabricación de “evidencias” para atacar a China.
En mayo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó a los funcionarios de inteligenci de EE. UU. "redoblar" esfuerzos para investigar los orígenes de la COVID-19, incluida la teoría de que provenía de un laboratorio en China. El mandatario señaló que la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos estaba dividida entre si provenía de un accidente de laboratorio o del contacto humano con un animal infectado, y le pidió a los grupos que le informaran dentro de 90 días.
Un Estados Unidos desesperado
Fuentes aseguraron al medio chino Global Times el martes que las agencias de inteligencia de los Estados Unidos están preparando esfuerzos para armar su propio informe de investigación sobre el rastreo de los orígenes del virus.
Sin embargo, las agencias de inteligencia de EE.UU. no han encontrado ninguna prueba concreta o un apoyo científico para respaldar la teoría de "fuga de laboratorio", revelaron las fuentes, quienes señalaron que la llamada evidencia que se ha fabricado hasta ahora es en su mayoría circunstancial y que es completamente poco confiable.
Además, las instituciones de investigación de Estados Unidos y sus aliados también creen que el virus no se creó artificialmente, y que será altamente improbable que puedan sacar conclusiones definitivas que puedan confirmar la teoría de “fuga de laboratorio” dentro de los 90 días, según las fuentes.
En una sesión informativa de prensa del miércoles, Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, señaló que si el informe de los medios de comunicación es cierto, es un testimonio que a Estados Unidos no le importa la verdad, sino cómo descargar su fracaso propio sobre China.
Los trucos de Estados Unidos, como mostrar un frasco de detergente y hacerlo pasar por armas de destrucción masiva, ya no engañan a nadie. Entre más Washington intente culpar a Beijing, más fuerza ganará la pregunta de si Estados Unidos está tratando de ocultar algo, señaló Zhao.
CNN citó fuentes el 12 de agosto que la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos todavía está dividida en dos teorías, una que sugiere que el virus se originó en un laboratorio en Wuhan, y otra que sugiere que saltó naturalmente de los animales a los humanos.
Funcionarios le dijeron a CNN que la Administración de Biden está considerando si lanzar otra investigación si la actual es no concluyente.
Viendo que el informe está logrando poco progreso en sí, Estados Unidos también ha recurrido a presionar a otros países, a los científicos de la OMS e internacionales, para enfilarlos contra China en una investigación sobre los orígenes del coronavirus.
Las fuentes sostienen que Estados Unidos sabe perfectamente que el gobierno chino insiste en los principios científicos en el tema de trazado del origen del virus, y se opone a la politización o a ignorar las conclusiones alcanzadas en el informe conjunto sobre la investigación de China y la OMS, una postura que también es apoyada por muchos otros gobiernos.
La negativa de China a participar en la segunda etapa liderada por Estados Unidos sobre el trabajo de seguimiento de los orígenes del virus de la OMS y la declaración conjunta China hecha con algunos países en desarrollo que se enviaron a la OMS han impedido el plan de EE. UU. de promover su "investigación del origen de virus" que apunta directamente contra China.
En medio de la desesperación, el gobierno de los Estados Unidos tiene que ganar el apoyo de la comunidad internacional al perpetuar mentiras como que "China se niega a unirse a la investigación del origen del virus" y "China se niega a cooperar con la OMS". Estas mentiras, aunque sin fundamento, son útiles para el gobierno de los Estados Unidos manche la imagen China y recueste sobre ella la responsabilidad de su propio fracaso en la lucha contra el virus, puntualizaron las fuentes.
La más reciente maniobra del gobierno de los EE.UU. es pedir al Director de la Oficina de Políticas de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca y asesor presidencial de ciencias confabular con asesores de ciencias gubernamentales de la UE, Australia y Japón para emitir una declaración sobre la segunda fase de investigación para instar al gobierno chino a reflexionar sobre su decisión sobre el rechazo, expresando su decepción hacia China y exigiéndole al país "asumir la responsabilidad" y "tomar medidas", según las fuentes.
Una fuente cercana al asunto había dicho para medios locales anteriormente que la iniciativa de EE. UU. de impulsar más pesquisas en cuanto a los orígenes del virus estaba dirigida a consumir los recursos diplomáticos de China. Estados Unidos está tratando de encontrar "las lagunas" en la política de control de epidemias de China, y planean continuar presionando a la OMS y confabular con sus aliados para presionar a China en un intento por desacreditar al gobierno chino por "encubrir la verdad sobre los orígenes del virus".
Traición de la ciencia
Mientras que Estados Unidos está contagiando la tendencia de politizar las investigaciones de los orígenes del coronavirus, un número creciente de científicos ha tomado la iniciativa y rechazado la teoría de "fuga de laboratorio" liderada por los Estados Unidos; algunos científicos creen que si las voces científicas objetivas se escucharan más ampliamente, quizás habría más informes objetivos sobre los orígenes de la COVID-19 en los medios occidentales.
A principios de julio, 24 científicos internacionales publicaron una carta abierta en The Lancet reiterando la hipótesis de los orígenes naturales y su firme apoyo a los profesionales de la salud y los científicos de China y el mundo, los mismos puntos de vista que han estado sosteniendo desde que publicaron su primera carta conjunta en febrero de 2020 en The Lancet, cuando la administración de Trump intentó calumniar, atacar y estigmatizar a China por la COVID-19.
Como muchos científicos internacionales están contra la politización de los Estados Unidos de la cuestión, estos se oponen a la postura de EE.UU. y se niegan a apoyar tal gobierno. Sin embargo, Washington está decidido a reclutarlos o amedrentarlos a ellos y a sus familias, censurando sus documentos y obligando a sus empleadores a presionarlos, reveló una fuente el miércoles.
Con el fin de doblegar la voluntad de los científicos y dejar que sirvan los intereses de EE.UU., el gobierno de EE.UU. ha empleado estratagemas sucias para amenazar a los científicos internacionales y obligarlos a enfilarse contra China sobre el tema de la investigación del origen del virus.
Prominentes científicos estadounidenses que se han centrado en el seguimiento de los orígenes de COVID-19 han estado enfrentando una tremenda presión política, y algunos se han mantenido al margen por no ceder a las teorías conspirativas impulsadas por políticos sobre el tema, y muchos han recibido amenazas anónimas.
Jonathan Stoye, jefe de la División de Virología en el Instituto Francis Crick de Gran Bretaña, comentó para medios de comunicación chinos anteriormente que en esta etapa, las acusaciones son particularmente inútiles, y "simplemente se añaden a las dificultades para llevar a cabo una investigación exitosa".
"Este proceso [la investigación del origen del virus] debe ser colaborativo y totalmente transparente. Tal vez esto sea un poco ingenuo, pero realmente creo que debemos dejar de lado cualquier diferencia política o cultural para comprender esta pregunta en beneficio de toda la humanidad", sostuvo Stoye.