spanish.china.org.cn | 29. 07. 2021 | Editor:Liria Li Texto

Niu Wenxin: ¿La COVID-19 apareció primero en Estados Unidos?

Palabras clave: EEUU, COVID-19

Cuando Estados Unidos intervino nuevamente en el tema de la trazabilidad de la COVID-19 en China, el pueblo chino no lo soportó más y comenzó a recolectar firmas para solicitar a la OMS que investigara el laboratorio estadounidense Fort Detrick. Naturalmente, el cantidad de firmas creció rápidamente, pero cuando el número superó los 10 millones, el servidor sufrió dos ataques desde direcciones IP estadounidenses. Afortunadamente, el servidor resistió los ataques con muy pocas pérdidas, aunque probablemente no sean los últimos ataques. En el futuro, las fuerzas estadounidenses que intenten ocultar la verdad sobre Fort Detrick continuarán atacando el servidor chino.

¿Qué es Fort Detrick? Era un laboratorio bioquímico perteneciente al ejército estadounidense, que conservaba los datos de la guerra bacteriológica de los nazis alemanes y el Escuadrón 731 de los invasores japoneses, entre otros. En julio de 2019, en dos hogares de ancianos cerca de Fort Detrick, apareció una “neumonía” inexplicable. En septiembre del mismo año, en Maryland, donde se encontraba el laboratorio, informaron sobre el llamado “daño pulmonar asociado al uso de cigarrillos electrónicos” y el número de casos aumentó de forma exponencial. Durante ese periodo, comenzaron a aparecer “enfermedades respiratorias inexplicables” y un gran brote de “neumonía asociada al cigarrillo electrónico” en el norte de Virginia y Wisconsin. En julio de 2019, los CDC emitieron a Fort Detrick una “carta oficial para concluir las operaciones”. Desde entonces, Fort Detrick permanece cerrado oficialmente.

¿Por qué cerraron ese laboratorio bioquímico? La razón que dieron en ese momento fue un problema de fugas. Pero, ¿qué se fugó? ¿Qué tan grave fue? ¿Fue la fuga una de las causas de la “neumonía por cigarrillo electrónico” en el área circundante? Hasta el momento, el gobierno norteamericano se ha negado a dar respuesta alguna por “razones de seguridad nacional” y la verdad sigue siendo un misterio.

En realidad, la información divulgada por varios canales demuestra que el brote de COVID-19 en Estados Unidos comenzó al menos un mes antes del brote en China. El 15 de junio de 2021, los medios estadounidenses informaron de que, en el programa “All of Us” iniciado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), los investigadores descubrieron 9 muestras de sangre con anticuerpos contra la COVID-19, entre 24.000 muestras recolectadas a principios de 2020 en distintas regiones del país. Más aún, según los estudios de los NIH, el nuevo coronavirus estaba “propagándose lentamente” en Estados Unidos desde diciembre de 2019, lo que significa un mes antes de su aparición en Wuhan, China.

Además, según los reportajes del Palm Beach Post y USA Today en 2020, dos meses antes de la notificación oficial del primer caso confirmado, es decir, en diciembre de 2019, 171 personas en Florida se habían enfermado de COVID-19. Entre ellos, 103 no habían viajado al extranjero.

¿Por qué Estados Unidos no ha realizado ninguna investigación interna y se niega a someterse a una inspección internacional? Probablemente algo no está bien y lo saben perfectamente.

Sin embargo, Estados Unidos no puede escaparse fácilmente, porque al menos 2 mil millones de personas en el mundo están cuestionando al país norteamericano y a Fort Detrick. Estados Unidos debe dar una explicación y respetar los principios de equidad y transparencia que tanto defiende, permitiendo que los científicos de distintos países investiguen la aparición y el desarrollo de la COVID-19 en territorio norteamericano, con el fin de exigir la justicia por las 4 millones 170 mil víctimas que ha dejado la pandemia.  

   Google+