spanish.china.org.cn | 13. 05. 2021 | Editor:Elena Yang | Texto |
La región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China, mantendrá el ritmo con otras partes del país en la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y emprenderá una nueva expedición hacia la modernización socialista, anunció el presidente del gobierno regional, Qizhala.
Qizhala hizo las declaraciones hoy sábado por la noche en un discurso televisivo, con motivo del 62º aniversario de la reforma democrática del Tíbet.
El 28 de marzo de 1959, el Partido Comunista de China dirigió al pueblo del Tíbet a iniciar la reforma democrática, la cual abolió su servidumbre feudal bajo la teocracia.
En 2009, el órgano legislativo regional declaró el 28 de marzo como el día para conmemorar la emancipación de un millón de siervos.
La reforma democrática liberó a los siervos en el Tíbet, marcando un histórico progreso en el sistema social. Ahora, con el proceso de liberación de la pobreza, los 3,5 millones de personas de la región avanzan en una vida modestamente acomodada. Este es un progreso histórico en su forma de vida, dijo Qizhala.
"Hoy, la base de nuestro desarrollo es más sólida que nunca, las oportunidades de desarrollo son mejores que nunca y el impulso de desarrollo es más fuerte que nunca", señaló.
Tíbet ha construido amplias redes de ferrocarriles, rutas aéreas y carreteras, con suministro de agua, electricidad e Internet accesible en las aldeas y los hogares, indicó Qizhala, y añadió que la región tiene enormes potenciales para el futuro desarrollo.
Indicó que la población en edad productiva en el Tíbet ha recibido 10,2 años de educación, y la expectativa promedio de vida en la región se ha incrementado de 35,5 años a 71,1 años.
"Los agricultores y pastores no tiene que preocuparse de comida, vestido ni servicios médicos, y tienen vidas mucho mejores", dijo.
Qizhala señaló que el futuro del Tíbet está estrechamente vinculado con el de la gran patria, y su desarrollo y progreso son inseparables de la estabilidad y la prosperidad de la patria.
El Tíbet siempre será una parte inalienable de China, afirmó.
El Tíbet se enfocará en mantener la estabilidad, adherirse al sistema de autonomía étnica regional, reforzar constantemente el sentido de identidad de la nación china, y fortalecer la conciencia anti-separatista entre todo el pueblo del Tíbet, indicó Qizhala.
El Tíbet continuará consolidando los resultados de la reducción de la pobreza e impulsará la vigorización de las zonas rurales para luchar por la prosperidad común, dijo.