spanish.china.org.cn | 01. 04. 2021 | Editor:Teresa Zheng Texto

El rastreo del origen del virus de la OMS no es un historia de Sherlock Holmes

Palabras clave: OMS, origen, investigación

Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza.


Estados Unidos, junto con otros 13 países, incluidos el Reino Unido, Canadá, Japón, Corea del Sur, Dinamarca e Israel, emitió una declaración el martes, en el que expresa "preocupaciones compartidas con respecto al reciente estudio de la OMS en China". Los firmantes abogaron por "un proceso rápido, eficaz, transparente, basado en la ciencia e independiente para el análisis internacional de brotes de origen desconocido en el futuro".

Es una constante de Estados Unidos suponer que China es culpable. El texto redactado por Estados Unidos fue enviado a 13 países proclives a respaldarlo. Sin embargo, otros gravemente afectados por el virus, como Alemania, Francia, Italia y España, no participaron del mismo. Aunque la Unión Europea criticó el retraso en el estudio, lo calificó como "un primer paso importante".

Dicha declaración indudablemente acumula presión política en los esfuerzos por rastrear los orígenes de la pandemia, con cargas geopolíticas más pesadas sobre la investigación científica en el futuro. Peter Ben Embarek, funcionario de la OMS y líder de la misión de cuatro semanas a China en enero y febrero, apuntó el martes que el grupo sintió la presión política, incluso desde fuera de China, pero recalcó que nunca en el sentido de eliminar algo de su informe final, según Reuters. Sus palabras mostraron claramente a la comunidad internacional que Beijing no ha interferido en el reporte. La presión viene de afuera.

El director general de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aparentemente sufrió la peor parte. Dijo durante la rueda de prensa del martes que aunque "una fuga de laboratorio es la hipótesis menos probable, requiere más investigación". Añadió que espera que "los estudios de colaboración futuros incluyan un intercambio de datos más oportuno y completo". Fue una manera de apaciguar a Washington, puesto que este lo ha obligado a ser políticamente sensible y caminar por la cuerda floja entre la ciencia y la política.

Estados Unidos tiene el peor rendimiento en la lucha contra la pandemia. No sólo ha mostrado celos por la excelente respuesta china y la ha atacado, sino también ha presionado a la OMS. Ha derribado todo tipo de sentido común sobre salud pública y ha humillado a la ciencia con la política.

Es bien sabido que rastrear los orígenes de la pandemia es una tarea complicada. Fue un proceso gradual reconocer el virus y la labor de prevención temprana fue desigual. En retrospectiva, no podemos recuperar todas las pistas y circunstancias de los primeros estadios. Una hoja de ruta clara existe solo en la imaginación política de la presunción de culpabilidad.

Estados Unidos ha concluido que el coronavirus se filtró de un laboratorio en Wuhan. Por lo tanto, ha exigido que la OMS rastree la trayectoria del virus desde Occidente hasta dicha instalación a través de una "investigación independiente".

Precisamente en ese sentido, el informe no avanzó. En cambio, calificó la hipótesis como "extremadamente improbable". Científicamente hablando, era como buscar una aguja en un pajar, por lo que el reporte ofendió a Washington.

El equipo de expertos vino a China para investigar con la cooperación y asistencia de especialistas chinos. ¿Cómo podrían ir a cualquier país sin su cooperación? Sin su ayuda en pistas y datos sin procesar, el grupo extranjero, incluso de renombre, no sabría qué hacer. Es ridículo que Estados Unidos le pida a la OMS que rastree el origen del virus como lo haría Sherlock Holmes en una historia de detectives.

De hecho, el estudio en Wuhan fue sólo el primer paso. Anticipamos un segundo y un tercero. Un esfuerzo de rastreo serio y justo obviamente no debería centrarse sólo en Wuhan, ya que los primeros casos surgieron en todo el mundo. Ellos brindan más pistas que no deben ignorarse. La OMS debe ir tras ellas antes de seguir por el camino de Wuhan. Esa es la lógica adecuada de la investigación científica.

Esperamos que Estados Unidos, donde la pandemia ha calado duro y donde la temporada de gripe fue extremadamente grave en 2019, permita las indagaciones y coopere activamente con tal fin. Como el país ha hecho grandes contribuciones a la ciencia moderna, no carece de imaginación científica y espíritu de exploración. Lo que falta ahora es un orden moral en el que domine la ciencia por sobre los propósitos políticos.

Lo que nos preocupa ahora es: dado que la epidemia va retrocediendo en Estados Unidos, la actual administración puede reanudar la estrategia de su predecesora de culpar a China para desviar el foco de interés público.

Debemos señalar que China fue la primera en descubrir y frenar la propagación del coronavirus. Además, contuvo la epidemia rápidamente. Si Washington no puede encarar los hechos y aprender de la experiencia china con una mente abierta, y en cambio, convertirla en el blanco de ataques políticos, entonces ese será el punto de partida ideológico y psicológico para su declive.


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