spanish.china.org.cn | 21. 03. 2021 | Editor:Estrella Zhang | Texto |
Por Jorge Fernández
Un enfoque racional y científico que reconoce las dificultades conducirá a la segunda economía del planeta a estimular la confianza de otros países y a contribuir en la recuperación económica mundial.
China cuenta hoy con una serie de condiciones que permiten la ejecución de trabajos para mantener un sano crecimiento económico. El hecho quedó corroborado con el recién pronunciado informe sobre la labor del Gobierno, en el que el primer ministro de China, Li Keqiang, rindió cuentas sobre los objetivos alcanzados el año que pasó y determinó cuáles serían aquellos por los que la nación deberá esforzarse este año. La meta de concretar un crecimiento de más del 6 por ciento para este año anuncia que la dirigencia alberga una gran confianza en que las condiciones del país poseen el potencial para mantener un desarrollo dinámico y creciente de la economía.
La inestabilidad global de la economía mundial causada por la propagación de la COVID-19 sí ha tenido un efecto negativo en la economía nacional de China. Sin embargo, el cumplimiento de los objetivos fijados en el anterior informe de Gobierno ha permitido que, al día de hoy, la meta sea gestionar el entorno ordenado que se ha legado para este año y crear las condiciones que permitan su fortalecimiento y continuidad. Por consiguiente, el mantenimiento y acorazamiento de un entorno óptimo que garantice el desarrollo de la economía necesita de medidas orientadas a sectores claves, entre ellos el crecimiento y desarrollo guiados por la innovación, la defensa y ampliación del empleo y los puestos de trabajo, así como la conservación de un entorno ecológico limpio, duradero y con bajas emisiones de carbón.
Los factores adversos que elevaron las dificultades para materializar las tareas anteriores seguirán ejerciendo influencia en el presente año. Los retos en el terreno nacional e internacional, a saber, la propagación de la COVID-19 en algunos países y regiones, factores que obstaculizan el consumo de la población, la presión sobre el empleo, elementos que impiden el desarrollo de la innovación, deberán ser gestionados sobre una base científica y racional, a fin de mantener el espíritu de progreso que permitió victorias como la liberación de la pobreza o la materialización de un crecimiento positivo. Las desavenencias con otras economías deberán tratarse sobre una base de negociación pacífica y buscando siempre el beneficio común de las partes involucradas.
El informe sobre la labor del Gobierno no solo alude a los éxitos y a las tareas que habrán de realizarse, sino que indica con honestidad los retos que tuvieron que sortearse y las deficiencias y problemas que tienen un impacto directo en la consecución de los objetivos. Estos es, el reconocimiento de las condiciones favorables del país y de los retos que habrán de solucionarse permiten la definición clara y realista de las metas para el año que está por comenzar. Así, elevar el PIB de China, crear más de 11 millones de puestos de trabajo en zonas urbanas, contener en torno al 3 por ciento el Índice de Precios al Consumo (IPC) o estabilizar el volumen de importaciones y exportaciones según las condiciones idóneas del mercado son metas tangibles que pueden materializarse con la ejecución de planes pertinentes.
Las economías del mundo padecen los efectos generados por la pandemia y, bajo este contexto, necesitan de un punto de apoyo que les permita mantenerse a flote en medio de las adversidades. China ha desplegado medidas que han llamado la atención de líderes de diferentes partes por la eficiencia y contundencia con la que han respondido a problemas repentinos. China fue la primera gran economía que registró un crecimiento positivo en 2020, en un momento en que las actividades productivas del resto de países se encontraban en el terreno negativo. La determinación de objetivos fijados por China ofrece a otras economías confianza en el crecimiento y desarrollo continuo de la segunda economía más grande del planeta. No solo alivia los temores de inversores extranjeros sino que funge como apoyo de la recuperación económica mundial en la etapa posterior a la pandemia.
China abre un nuevo capítulo este año con la celebración del primer centenario del Partido Comunista de China y el inicio del XIV Plan Quinquenal de China, que marcan de igual manera el recorrido de un nuevo tramo rumbo a la construcción plena de un país socialista moderno. Las reflexiones que surjan de estos primeros 100 años del partido gobernante así como la ejecución y materialización de los trabajos establecidos para este año serán cruciales no solo para la construcción misma del país sino para el mundo entero. Las metas definidas por el primer ministro Li Keqiang, las mismas que serán evaluadas en la presente legislatura, ejercerán un papel fundamental y sentarán una base sólida en la consolidación del Estado socialista y en la materialización del tan anhelado rejuvenecimiento nacional.